Bovaglio, quien se retiró en la “T”, es hoy el DT de la reserva, que lleva nueve triunfos al hilo y va por la punta del torneo.

Lucas Bovaglio es de los que pueden afirmar que el Mundo Talleres está lleno de oportunidades. La gracia está en descubrirlas. El rafaelino llegó, en el cierre de su carrera como futbolista, a un lugar tan desconocido como exigente y pudo superar el desafío. Fue campeón en 2015 (el título determinó el ascenso a la B Nacional), “…con la hermosa alegría de saber que la última pelota que toqué dentro de una cancha terminó en gol”, según escribió en su Facebook, y cerró una etapa que “fue mejor” que en sus sueños.

Tras un 2016 que le ofreció la posibilidad de ser el DT alterno de Jorge Burruchaga en Atlético de Rafaela, volvió a Talleres para ser el DT de la reserva, un equipo que iba a vivir un año de transición, pero que terminó por convertirse en la sensación del torneo al concretar nueve triunfos consecutivos: venció a Lanús (1-0), a Independiente (1-0), a Godoy Cruz (3-1), a Quilmes (2-1), a Belgrano (2-0 y 3-1), a Tigre (2-1), a Atlético Tucumán (3-0) y a Temperley (2-1). ¿Más? Si el lunes la “T” (52 puntos) empata con Sarmiento en un cotejo pendiente, alcanzará a Newell’s en la punta; y si gana, se convertirá en el nuevo líder del torneo de reservas.

“Soy un futbolista retirado, no un exfutbolista porque el jugador nunca muere. Ahora estoy del otro lado de la línea de cal y en el lugar donde todo comenzó hace 30 años, con ilusión y con fe para estar a la altura de cada desafío que me toque emprender”, supo definirse Bovaglio, y el reto que llegó fue importante. “Talleres se cruzó en mi vida en la etapa final. Era capitán de un equipo en Primera y bajé al Federal A. Y no me equivoqué, porque vine a un grande de verdad. A los seis meses pude volver en una función distinta y ahora la estoy disfrutando. Talleres es un monstruo que no para de crecer”, dijo Bovaglio a Mundo D.

–¿Cómo se construye este momento de la reserva?
–De varias maneras. Por el proyecto deportivo que hay en el club y porque aparecieron jugadores importantes y yo tengo que ser el eslabón previo para terminar sus respectivas formaciones, para que no sean solamente jugadores sino buenas personas. Hay que darle un gran mérito a la dirigencia, que nos acompañó siempre. Igual que el cuerpo técnico, que tiene ganas de crecer.

–¿Cuál es el objetivo: el título o la promoción de jugadores?
–Queremos que la gran mayoría de los jugadores llegue a Primera. Que ellos puedan tener contratos y puedan mejorarlos. Contra Sarmiento se puede quedar primero. Pero hay cosas que ya hemos cumplido. El rendimiento fue bueno y los resultados acompañaron.

–¿El partido bisagra fue aquel 1-4 con Olimpo de Bahía Blanca, donde hubo 90 por ciento de profesionales?
–A partir de ahí comenzamos a jugar con un equipo con mayoría de chicos. Pero a los profesionales también se les permitió ganar minutos para poder volver al primer equipo. También se respetó la línea de juego de Darío (Kudelka): ser protagonistas. Les enseñamos a tomar riesgos.

–¿Te ves como técnico de Talleres en un futuro?
–No es algo que me quite el sueño. Yo también me estoy formando, como los chicos, de los que también me nutro. Mi objetivo de hoy es este.