Fue 1 a 0 con una buena imagen y hasta pudo ampliar en el marcador, ante una multitud. Menéndez fue el autor del único tanto del juego. El albiazul vuelve a comprometerse con los de arriba.

La abstinencia de cuatro meses sin ver a sus colores motivó a que los hinchas de Talleres colmaran el Mario Kempes con casi 40 mil almas y al final hubo fiesta. La humedad, el terreno de juego remodelado, el triunfo en la bombonera, el partido sin dudas presentaba muchos aperitivos como para ilusionarse con un buen espectáculo. Y así fue nomás, con una notable producción futbolística en el complemento, superó 1 a 0 a Olimpo de Bahía Blanca, cerrando la 17° fecha de Primera División, resultado que lo pone a tiro de la vanguardia y del lote que clasifican a la Copa Sudamericana.

Al final no merecía sufrir tanto el albiazul después del gran show que mostró tras el descanso, luego de un primer tiempo acelerado e impreciso por parte de ambos. Pero Olimpo no mostraba urgencias, Talleres sí. Se dejaba contagiar desde las tribunas y entonces, ahorraba un pase a la hora meter un pelotazo, que terminaba siendo contenido por la resistencia del visitante. Poco para amenazar, hasta que el DT Frank Kyudelka comenzó a despistar tácticamente intercambiando posiciones a Matías Palacios y Jonathan Menéndez.

Sin dudas el brillo llegó tras el descanso. Se le escapó a Ramis por debajo de la suela en los primeros segundos, pero entendió cual era el camino, que lo marcaron Pablo Guiñazú con el toque corto al compañero con los mismos colores de camiseta, y con un inspirado Emanuel Reynoso. Precisamente de "Bebelo" nació lo mejor de Talleres porque se debuto a pensar cuando los rivales apretaban. Justo cuando llegó el homenaje desde las tribunas a la "Wanora" Romero, el contagió llegó desde el cuelo. Centro de Reynoso, volea de Menendez y gol inatajable para Gabbarini. 1 a 0 y pura fiesta.

Pudo aumentar Talleres por intermedio de Palacios, superando al arquero pero Cabral la tapó en la línea. El mismo tucumano fue una pesadilla por izquierda, provocando también la expulsión de Parnisari. Con uno más solo restaba liquidarlo.

Y así fue creciendo Olimpo. Que pudo empatar con algunas inocencias de la defensa albiazul, lo que hubiera sido mucho castigo para el albiazul. No merecía sufrir de esa forma después del brillo mostrado. Pero las 40 mil personas se fueron contentas, saboreando la victoria y con perspectivas de consolidarse en los puestos de vanguardia, soñando por qué no, con alguna Copa Internacional.