Pese a que se lleva toda la atención, el delantero no es el único nigeriano que está en el club. Junto con él, llegaron el extremo Tiongoli Tombara y el “9” Emeka Oparaugo.

Cuatro días atrás, cuando estampó su firma a préstamo por un año con una opción en el club, el delantero de área Okiki Afolabi se convirtió en el primer jugador de África en sumarse a un plantel profesional de Talleres.

En 1999 había llegado a la “T” otro jugador de ese continente, el volante ghanés Amoako Prince, quien a diferencia del exgoleador del Sunshine Stars nigeriano no quedó finalmente en el club.

El caso de Okiki (22 años) es curioso: en el mes que estuvo a prueba, sólo jugó unos minutos en el amistoso contra Racing de Nueva Italia, pero le bastaron para que el Mundo Talleres comenzara a simpatizar rápidamente con él y asumirlo como parte del plantel, aún cuando no volvió a jugar otro partido –más allá de alguna práctica informal– y el presidente del club, Andrés Fassi, fue precavido antes de anunciar que se sumaría al plantel de Frank Kudelka.

Estuvo en la reserva dirigida por Lucas Bovaglio y firmaba autógrafos como “el Cholo” Guiñazú, un consagrado del plantel profesional.

En Twitter comenzaron aparecer cuentas alusivas a su presencia y hasta hubo quienes en las redes sociales hicieron referencias mordaces e irrespetuosas por su color de piel.

Pero lo cierto es que Okiki se quedó. Y el viernes, en la Boutique, pudo mostrarse otra vez en una práctica frente al equipo titular, junto a sus otros dos compatriotas que también seguirán en Talleres.

El centrodelantero Emeka Oparaugo (de 18 años y “9” titular de la Sub 20 nigeriana, quien jugará en la reserva y en la Liga Cordobesa) y el extremo Tiongoli Tombara (de 20 años, figura en la selección Sub 23 de su país en los Juegos de África). A este último se le haría un contrato y podría seguir en la reserva o ser prestado a algún club vinculado al Grupo Pachuca.

Los tres mostraron muy buenas condiciones técnicas, aunque todas las miradas se las haya llevado Okiki, quien terminó lesionándose levemente un tobillo.

Y al término del ensayo, con un inglés rudimentario mezclado con el Yoruba nigeriano, necesitó de uno de su representantes, Marcelo Houseman para traducir los pocos conceptos que pudo cruzar con los periodistas.

“Estoy maravillado en Talleres. Prometo muchos goles. Tengo como meta hacer 15”, dijo Okiki, quien en la selección Sub 23 jugó de volante central y, por su altura, terminó haciéndolo de “9”.

“No sentí el cambio”, comentó seguro. Tanto fue así, que en su primer partido oficial jugando en ese puesto señaló tres goles. También aseguró que desde que está en Córdoba no probó el fernet, pero sí el asado, y que espera ansiosamente la llegada de su mujer y su pequeña hija.

“Quiero que ellas conozcan a esta ciudad maravillosa. Estoy sorprendido y agradecido por todo el cariño que me dan los hinchas de Talleres. Quiero regalarles muchos goles”, cerró Okiki, quien antes de venir a Talleres sumó 15 goles en 17 partidos en la Liga nigeriana.

“Ahí” de quedar en Racing

Antes de venir a Talleres, Okiki, Tombara y Emeka estuvieron a prueba en Racing Club, llevados por Houseman y sus socios Vicente Mastropablo y Marcelo Befaro.

Se presentaron a entrenar en la cuarta de AFA, jugaron muy bien, hicieron varios goles y pasaron a la reserva, donde también sobresalieron.

Claudio Ubeda le pasó un informe óptimo de ellos al entonces DT de la primera, Facundo Sava, cuyo plantel estaba de pretemporada. Cuando volvió, Sava lo puso a Okiki para el equipo titular en una práctica y “la rompió”.

“El entrenador aconsejó la contratación de los tres y fueron presentados en el club como integrantes del plantel por uno de los vicepresidentes de Racing.

Okiki iba a quedar en la Primera, Tombara en la reserva y Emeka iba ser prestado a otro club. Pero después algo pasó. No tenemos claro qué, y no quedaron. Por suerte después llegó el interés de Talleres y logramos ubicarlos. Son tres grandes jugadores, le darán mucho al club”, aseguró Mastropablo.