Talleres en primera. El Matador vuelve al trabajo con la cabeza en River, aunque tendrá margen por el receso de Eliminatorias.

La buena noticia con la que se encontró Talleres en Avellaneda no fue sólo un punto importante rescatado en una cancha complicada, ante un grande del fútbol argentino y en calidad de “debutante” en la categoría. También lo fue su respuesta física, la futbolística y la anímica. El Matador empató 1-1 con Racing en Buenos Aires

Con todo eso, Frank Darío Kudelka ha tomado debida nota de cómo comenzar a retocar las líneas, sostener esa impronta de “búsqueda” y de vocación ofensiva y no perder el orden del mediocampo hacia atrás.

No hay grandes fisuras, ni mucho menos necesidad de cambios bruscos en un equipo que se ensambló bien, que propuso por momentos y que sabe que tiene un potencial significativo para pensar en algo más que cumplir con decoro en la categoría.

Desde lo físico, en una cancha inundada de agua, donde costó demasiado el traslado del balón y con la resistencia de piernas hacia el final el equipo se vio en buena forma. Hay que destacar que, más allá del largo parate del fútbol de intertemporada, no hay uniformidad en la preparación del plantel albiazul dada la diferencia con la que llegaron sus refuerzos (aunque casi todos llegaron con preparación en sus otros clubes), algunos jugadores como el caso de Rodrigo Burgos (ingresó en el ST) o Pablo Guiñazú (buen trabajo junto a Godoy) que atravesaron por períodos de convalecencia, todos estuvieron a la altura, no marcaron demasiadas diferencias en la cuestión física.

En lo futbolístico aún es un equipo en proceso. Tuvo una buena parte de los 90 con orden defensivo, cambios de ritmo en ofensiva (la explosión de Palacios), el acople de Gil o de Ramírez. Quizás queda en el debe, la actuación del chileno Muñoz, aún con cierta incógnita y con más espera de respuestas ofensivas. Y en lo anímico, el juego mental fue bien resuelto, incluso después de recibir un gol.

Siempre trató de jugar, de seguir buscando, a pesar de que el campo y las circunstancias de un rival alerta también le plantearon oposición a las buenas intenciones. Se sabe que sí le falta más explosión, mejor cambio de ritmo en los últimos metros y algo de precisión para la gestación final. Talleres tiene un buen panorama de cara al desarrollo del torneo.

Pensando en River, el plantel tendrá unos días más para seguir recuperando jugadores y aprovechar el parate por Eliminatorias. Talleres en primera dio un buen paso hacia adelante.

Vuelve al trabajo y a recuperar soldados

Después del debut en Avellaneda y ante Racing, el plantel albiazul volverá en la tarde de hoy a los entrenamientos en barrio Jardín. En dos semanas, el Matador recibirá a River Plate en el Mario Alberto Kempes. En principio, el domingo 11 de setiembre, a las 20.

El entrenador Frank Darío Kudelka tiene a varios jugadores para esperar a que se pongan a punto y lleguen quizás en condiciones de ser tenidos en cuenta. Uno de ellos, sobre quien está puesta la mira es el Hachita Daniel Ludueña.

El volante se puso a punto, está en condiciones con alta médica y a disposición del técnico. Le falta rodaje, quizás más interacción con el equipo y en dos semanas podría tener posibilidades. Hay que ver cómo evoluciona el micro desgarro de Gonzalo Klusener quien también podría llegar con ciertas chances. Por su parte, Jonathan Menéndez está en condiciones tras una lesión muscular y se verá en qué situación llega el delantero, reciente incorporación albiazul, Matías Vuoso.

Cabe recordar quien sí tiene un parate importante es Juan Cruz Komar, operado de meniscos.

Ya son más de 41 mil los socios que tiene Talleres y sigue firme la idea del club de llegar a los 50 mil.