Perfil de aquel delantero de 9 de Julio Olímpico de Freyre cuya carrera se truncó por el servicio militar y que prometió ser PF, luego DT, para poder ser parte de un equipo profesional.

Los últimos partidos los vivió como nunca. Al borde del lateral. El silbato final lo distendía y, también, determinaba una sonrisa. Luego, daba mediavuelta y se iba a estrechar en un abrazo con Raúl Armando, DT alterno, y el preparador físico, Mauro Cerutti. “¿Que me vio feliz? Estoy feliz. No siempre lo expreso. En el fondo, soy tímido”, decía ante la consulta de Mundo D.

Y cómo no va a estar feliz Frank Darío Kudelka. Su nombre tiene letras de molde en el Mundo Talleres. El 27 de octubre pasado ante Sol de América sacó al primer equipo del infierno del torneo Federal A, el piso de la historia del club albiazul, y ayer, fue el conductor del equipo que ascendió al equipo a Primera división, tras 12 años de ausencia. “El Mundo Talleres desafía mi forma de ser”, supo decir apenas llegó en diciembre de 2014 y al final, lo pudo domar. Y con el valor de lo inédito.

El doble ascenso del cordobés tuvo el valor agregado de que llegó como resultado de una propuesta fubolística de ser “protagonista en todos lados”, según reconocieron los propios jugadores. De local y de visitante; tuviera o no los jugadores para hacerlo; más allá del rival de turno y del campo de juego.

Este Talleres de Kudelka finalizó invicto, fue el más goleador y el menos vencido. En la gestión de Kudelka se cuenta solamente se cuentan 51 partidos de los cuales 34 victorias, 16 empates y...una derrota. Fue ante Maipú por 1-0 y en el Kempes, el 22 de junio de 2015, hace casi un año. ¿Más? El increíble invicto de 38 partidos sin perder.

“Deberíamos habernos conocido 10 años antes con Fassi”, dice el DT, quien fue capaz de tomarse un avión a Miami para hablar con el presidente albiazul. “A mi mujer le dije que iba a ser el DT de Talleres. Pero tuvimos tres reuniones. Y ahí empezó todo. No vine a ser reconocido sino con la idea de desafiarme y poder darle a Talleres algo que alegre el sufrimiento de la gente por estar en la tercera categoría. Ego tenemos todos, pero no era lo que buscaba. Mi necesidad interior era saber si podía estar a la altura de este fenómeno llamado Talleres. Creo que sí lo estuve”, recordó Kudelka. Así fue. Al final, logró que la gente le cantara “Que de la mano de Frank Kudelka, todos la vuelta..”.

La persona, tras el DT

Pero más allá de sus tácticas y estrategias, el técnico albiazul también dejó escapar rasgos de su personalidad. Por lo pronto, fue generoso en el conocimiento. En cada conferencia, explicaba la táctica de su equipo. Algo poco común y que le quita el misterio y la caza de brujas que le agregan muchos de sus colegas. La comunicación de su plan es la puerta de ingreso a una serie de referencias muy propias que construyeron a un profesional cuya primera pasión fue la de ser goleador de 9 de Julio Olímpico de Freyre, donde nació hace 54 años.

Plan. “Es mi deber. Hay que ser honesto. No soy el dueño de la verdad. Segundo, tengo que ser autocrítico. Para corregir. Porque encima de Kudelka hay una institución. A lo mejor hay gente que no come por ir ver a Talleres a la cancha. Si me preguntan a qué jugó mi equipo, tengo que decirlo. La gente tiene la potestad de decir si le gusta o no mi trabajo o el equipo, pero sabe que seré honesto. Me brindo. No hay dobleces”.

La familia. “Me acompañaron siempre. Mis padres, mi mujer y mis hijos. Los extraño mucho. No lo puedo dominar. Pero sí que cuando eso me ocurre, tengo que estar en un punto de sentimiento lo más cercano al cero. Y no es porque no los extrañe, sino porque si me pongo a focalizar todo eso que siento me puede distorsionar mi trabajo. Y yo cuando me vaya de Talleres, tengo que salir como un tipo que le dio la vida. Inclusive en contra de mi propia persona”.

Momentos difíciles. “Soy obsesivo en mi trabaja e inconformista. A veces, no es bueno. Es mi naturaleza. Pasamos momentos que no me gustaron enTalleres. Pero momentos difíciles, no. Sí, en otras instituciones en las que tenes que trabajar y no te pagan, en las que te echan de los departamentos”.

“La sociedad Talleres”. Era intolerante, pesimista, proclive a no aguantar nada.Venían de perder un ascenso. Era difícil que llegara alguien y de la noche a la mañana, le cayera bien a la gente. La gente tiene un paladar compuesto por su gran historia, desde cómo jugar. Algo que no es fácil de lograr. Y después están las necesidades. Antes de un partido me decían: ‘Profesor, hay que ganar como sea’ y cuando termina el partido me pedían: “Me gustaría que jugáramos un poco más”.

“Mi forma de ser”. “Soy tímido para exponerme. Antes de ir a un restaurante, lo pienso dos veces. Soy de los que cree que la historia de cada uno pone las cosas en su lugar”.

El récord. “No lo tengo en cuenta. Más adelante me va a regocijar y estaré contento de que haya pasado. Hoy sirve para la historia del club y su estadística. Sé que el día de mañana, estando sentado y mirando el cielo, se me va a caer una lágrima y voy a decir: ‘Fui parte de eso’. Pero una parte, porque esto no es mío solo sino de mis colaboradores, de los jugadores, de la gente que colabora, los directivos y los hinchas”.

El goleador y la frustración

Freyre. “Me crié en 9 de Julio Olímpico de Freyre. Mis padres fueron dirigentes, en cualquier ámbito. Hice todos los deportes en el club. Mi pasión era el fútbol. Me dediqué a jugar. Tuve una gran oportunidad. Eran épocas en la que se mandaban telegramas. Me llegó uno para ir a la reserva de Rosario Central. Pero a la semana me llegó otro que me notificaba que debía hacer el servicio militar en el batallón 141 de Comunicaciones. Sí, aquí en Córdoba. Y estudié Ciencias Económicas. Mi pasión por el deporte hizo que no siguiera esa carrera que me sigue gustando. Decidí estudiar el profesorado de educación física y era una carrera combinada porque también me recibí de DT. Pero como un medio para poder ser partícipe de un equipo de fútbol profesional. Fue tanta la frustración que tuve al no poder ir a Rosario, que me prometí llegar a ser parte de un equipo profesional. Como jugador no me iban a dar los tiempos. Logré eso. Soy feliz de haber podido cumplir un sueño que tenía. Era goleador. Pero muy saltarín, ja. Por ahí les digo a los jugadores: ‘Miren si me hubieran visto a mí’”.

El DT. “Me casé y empezó el periplo. Me llaman de 9 de Julio para dirigir. Tenía que viajar desde Santa Fe. Mi hija era chiquita María Celeste. Se sufre. Pero se valora el esfuerzo que hicimos como familia. Me instalé en Santa Fe. Fui a Lasalle, Unión, Instituto y hasta acá”.

Modelos de DT. “Mi modelo es Bielsa pero su entrenabilidad, conocimiento en el método y organización. No tanto de sus extremismos en la cancha. Los conocimientos de Guardiola, a uno lo impregnan”.