El puntero empató con Independiente Rivadavia y sigue invicto y arriba. Un tiro al palo de Solis fue lo más importante.

Un tiempo como para marcar e insinuar el abismo que los diferencia en la tabla y otro como para preguntarse si a Mendoza llegó esa máquina de sumar puntos en 36 partidos y que tiene casi amarrado el ascenso a Primera.

Así fue el encuentro que enfrentó en el Bautista Gargantini a los dos extremos de la tabla. Talleres e Independiente Rivadavia sellaron un 0-0 que les cayó mejor a los cuyanos.

La “T” monopolizó el primer tiempo, se adueñó del trámite, generó jugadas de gol y si se fue al vestuario sin marcar fue por su falta de precisión a la hora de cristalizar en la red lo que generaba su medio campo. Pero para la segunda parte, el equipo pareció quedarse en el vestuario. Sin orden, errático en tres cuartos de cancha y sin profundidad, ante un rival que nunca se salió de su libreto de apretarse en defensa, sin arriesgar (disparó dos veces al arco en 90 minutos) y apostando en ataque a alguna pelota parada cerca del área de Herrera.

En esos 45 iniciales, Guiñazú y Burgos se adueñaron del medio, distribuyeron y generaron juego por ambos laterales, favoreciendo las subidas de Chaves y Achucarro. Barrionuevo y Solis le sumaron movilidad al ataque.

¿Más? A los 5 minutos hubo penal a Klusener (lo agarraron) en el área.

El local llegó por única vez con un buen remate de González que Herrera mandó al córner (a los 6 minutos) y a partir de allí todo fue para la “T”, que a los 20 tuvo la más clara cuando Solis reventó el palo tras un centro de Chaves en una proyección por derecha.

Sobre el final de la primera mitad, a los 40 minutos, una gran atajada de Aracena ante un cabezazo de Klusener levantó los aplausos del público local. Más tarde, Burgos desperdició un buen intento que nació en los pies de Solis, desde la izquierda. Tras el descanso, todo cambió. La pelea por el mediocampo se hizo más equilibrada y el local hizo entrar a Talleres en un juego más luchado, con menos espacios, lo que le quitó armonía a los intentos de los de Kudelka, que cayeron en reiteradas imprecisiones y ya casi sin lograr pisar el área rival.

Las emociones escasearon, el partido se hizo más ordinario y la “T” apenas pudo llegar un par de veces. A los 11 minutos, Klusener volvió a meter la cabeza para encontrar bien parado a Aracena (se reclamó un penal contra Quintana) y a los 42 Burgos la tiró afuera tras un buen centro de Solis.

Después, no hubo tiempo para más. Talleres la dejó pasar en el primer tiempo, y después el partido no le ofreció otra chance y terminó por abrazar una frase gastada pero cierta: cuando no se puede ganar, empatar no está mal.

Síntesis


Independiente. Cristian Aracena (7);Alexis Viscarra (5),Ariel Agüero (5),Javier Silva (3),Leandro Aguirre (c) (5);Gastón González (6),Nicolás Medina (5),Matías Abelairas (5),Rodrigo Bruera (3);Hernán Gautier (4),Juan Pablo Pereyra (5). DT: Aldunate-Astudillo.

Talleres.Guido Herrera (7);Ivo Chaves (6),Juan Cruz Komar (4),Carlos Quintana (5),David Achucarro (6);Rodrigo Burgos (7),Pablo Guiñazú (c) (7); Victorio Ramis (5)Ezequiel Barrionuevo (6),Nazareno Solis (5),Gonzalo Klusener (6). DT: Frank Kudelka.

Cambios: ST, 22m Mauro Cerutti por Gautier (IR), 24m Luis Jeréz Silva por Barrionuevo (T), 26m Agustín Gutiérrez por Ramis (T), 33m Eial Strahman por Klusener (T) y 45m Luis Daher por González (IR).

Amonestados: Silva, Viscarra (IR), Achucarro y Quintana (T).

Estadio: Bautista Gargantini.

Campo: regular.

Público: cinco mil personas.

Árbitro: Pedro Argañaraz (mal).

Suplentes: Maximiliano Scapparoni, Enzo Ruiz, Emanuel Centurión, Franco Dolci y Emanuel Reinoso (I). Mauricio Caranta, Nanuel Roselli, Emanuel Reynoso y Javier Velázquez (T).