La “T” no jugó bien. Salió de cada mal momento por el poder de gol. Crucero “lo derrotó”: le quitó el rol protagónico. El tanto de Burgos hizo emocionar a muchos, hasta al presidente Andrés Fassi.

Talleres tiene la repuesta a todas las preguntas que genera su funcionamiento: el gol. Cuando es superado, cuando le manejan la pelota, cuando el rival se pierde debajo del arco situaciones inmejorables, cuando tiene todo en contra, entonces, encuentra la salida en el gol. Crucero del Norte le hacía el tiki tiki en el medio campo y las preocupaciones se transformaban en gritos en la platea, hasta que Nazareno Solis fue el más despierto en el Kempes: corrió un pase que dejó corto Franco Coria y puso a Talleres 1-0 a los 23 del primer tiempo.

Cuando Crucero del Norte hizo figura a Caranta, cuando el empate se comía la paciencia de los hinchas, cuando el 1-1 tenía pinta de caída deprimente (sí, caída), entonces, otra vez, el gol le dio la salida a Talleres. Durmió la defensa de Crucero en un tiro de esquina y Rodrigo Burgos metió un cabezazo que hizo saltar los pupitres de la zona de prensa del estadio, que hizo sacudir las pantallas que están en los techos de las cabeceras norte y sur, que envolvió al presidente del club, Andrés Fassi, en un torbellino de abrazos. La emoción hizo lagrimear a varios y a Fassi también. No es cuento: Fassi terminó con los ojos rojos y la garganta sentida por el gol de Burgos. Porque todo Talleres gritó eso gol como si fuera “el gol del campeonato”. Y Fassi terminó tan alborotado como un hincha en la Willington. Porque ese gol es un triunfo en un partido. El resto, fue derrota. Es así: Crucero “derrotó” a Talleres. Le quitó el rol protagónico, lo llevó al terreno del replanteo táctico, al momento en el que todo lo intentado fue insuficiente.

Los extremos terminaron siendo laterales volantes. Y el resto se la pasó corriendo a lo loco. Sólo Burgos y sus exuberantes despliegue y entrega mantuvieron a flote el medio campo. Y atrás, colaboraron a la causa del aguante los esforzados despejes de los centrales Olivera y Quintana. Y metros más atrás, salvaron las papas las atajadas de Mauricio Caranta, que tapó el error con Chicago con una salvada que sería fábula si no se hubiera visto por TV. El 1 hizo posible lo imposible: evitar un gol de Olivares. El 10 de Crucero fue el titiritero de un equipo visitante que fue un canto al fútbol, con pases al pie que refutaron la lógica del contexto: pese al estado de campo de juego, Crucero la tocó que dio envidia al público local. Y el 1-1 que marcó Pérez a los 38 del ST estaba mal: Crucero merecía estar ganando. Y cuando todos se preguntaban por qué Talleres no lo ganaba, la respuesta fue el gol de Burgos.

Síntesis

Talleres: Mauricio Caranta; Ivo Chaves, Wilfredo Olivera, Carlos Quintana y Jonatan Bay; Rodrigo Burgos y Luis Jerez Silva; Victorio Ramis, Emanuel Reynoso y Nazareno Solis; Eial Strahman. DT: Frank Kudelka.

Crucero: Leandro Requena; Alejandro Pérez, Franco Coria, Delio Ojeda y Rodrigo Lerchner; Juan Gáspari, Fabio Vázquez, Nicolás Castro y Juan Manuel Olivares; Jorge Siergiejuk y Juan Ledesma. DT: Miguel Salinas.

Goles: PT, 23m Solis (T). ST, 38m Pérez (C), 41m Burgos (T).

Cambios: ST, al comenzar, Guiñazú por Reynoso (T), 26m Gutiérrez por Ramis (T).

Árbitro: Alejandro Castro.

Estadio: Mario Alberto Kempes.