La T venció 2-1 a Ferro en Caballito y el equipo construye un rol protagónico en la B Nacional. Indiscutido.

–No me jodas con eso de que somos candidatos. No empecemos otra vez...

–¿Loco, entonces cuándo? ¿Por qué no?

Esas charlas de café que dividen a los más optimistas de los mesurados. El Mundo Talleres está convulsionado por la ilusión, por el deseo.

Entonces, después de lo visto ayer, de cómo viene perfilándose, la discusión empieza a perder sustento. Porque Talleres se va ganando a sí mismo. Entonces, comienza a calar en el corazón albiazul que deben hacerse cargo de algo: van a dar pelea en serio en esta B Nacional.

Talleres empieza a consolidarse como un verdadero animador de este torneo, después del triunfazo sobre Ferro por 2-1, con goles de Nazareno Solís y de Eial Strahman.

La victoria de la T resume más que un momento o un pasaje. Acrecienta un proceso que va de menor a mayor y con los jugadores menos pensados. Pero, con el equilibrio de nombres y variantes que tiene Kudelka, realmente al DT le cuesta más ver a quien deja que a quién pone entre los 11 y los suplentes.

Talleres era candidato antes de jugar y porque esos nombres que conforman el equipo hacen pensar que hay mucho y bueno.

Pero también es candidato por el carácter de los otros “impensados” en la formación: los Solís, los Bebelo, los Ramis, los Jerez...

Y este domingo el fútbol le dio el plus en el resultado primero, en su contundencia y después en el juego. La consistencia de su fútbol está aún en un proceso de maduración. Talleres le va ganando también a sus fantasmas como su propia inseguridad, alguna duda y la desconcentración.

Gradualmente gana espacio lo bueno que tiene este equipo: la repentización, la definición y la búsqueda del dominio sobre el rival.

Una muestra letal. Talleres viene muy derecho, invicto, puntero porque además completó la faena de sortear a un rival con el que viene peleando arriba en la tabla, de visitante y habiendo revertido una desventaja. Porque Ferro lo primereó de entrada.

Y a los 14 pasó a perder por un penal de Quintana a Salmerón que Frontini cambió por gol. Lo mejor que tuvo el equipo, a falta de sorpresa y de romper en los tres cuartos del rival, fue su paciencia. La espera.

Por eso, cerca de los 35 del primer tiempo, Nazareno Solís capitalizó un centro hacia la medialuna del área rival y con un bombazo estrelló el balón en el ángulo superior de Limousin.

Talleres llegaba al empate con calma, sin prisa y con paciencia. Jerez Silva se acomodó mejor en el medio junto a Burgos (se va formando una sociedad inamovible), Bebelo Reynoso intermitente trató de sumar retención de pelotas. Cháves por derecha construyó una opción ante la floja tarde (aún no menos sacrificada) de Ramis.

Y en el complemento apareció la presencia del goleador: Eial Strahman. Lo dijo a Día a Día un tiempo atrás, cuando se armaba este plantel: “traigan los refuerzos que traigan sé que tengo que seguir y dar mi pelea. Quiero ganar más cosas con Talleres”.

Eial no se achica. Y se consolida él también como una pieza clave, con Velázquez y Klusener por detrás. Metió un frentazo espectacular (centro de Solís) y clavó el 2-1 con el que la T le ganó a Ferro. Sí, el equipo de Kudelka terminó apremiado, por la búsqueda del empate del Verde.