La historia del festejo: Pipe abrió el camino del triunfo de la T, que depende de sí para subir. ¿Por qué el 7 festejó con flechazo?jmoya's picture

¡Gogogogogooooooo! Grito de guerra. Grito de indios. La tribu albiazul corre en malón detrás del Cacique Pipe. Golazo de Talleres. Una pelota como estampida penetra en la red de Chaco For Ever.

A Victorio Ramis le cayó un pelotazo-pase de Goiri desde su área y tras picar en la rival la propulsó con el botín derecho. El líder de la tribu del gol, Pipe, corre desaforado. Acaba de poner en victoria a Talleres en apenas cinco minutos. Ramis comenzó a pagar la suplencia al otro Indio: Barrionuevo.

Corrió al centro del área, miró al cielo límpido de nubes y sacó el arco de su espalda; enfiló una flecha y la lanzó hacia arriba, bien alto. Ramis emuló ese festejo, para que el flechazo albiazul le llegara al Puma Tiburzio.Leé más

El Puma era un viejo achacoso de 82 años que se había desprendido del cuerpo dos semanas atrás. La muerte del abuelo de Pipe entristeció a esa unidísima familia Ramis. A todos. Y, cuentan, en el Cerro Colorado el luto hizo llorar hasta los indiecitos pintados en las rocas.

Ramis, el gol y un festejo que tenía una historia muy particular por detrás. (Fotos Javier Ferreyra)

“Hice ese festejo para el Puma, mi abuelo. Como un arco con flecha, ja, ja. Es que él era un tipo muy querido en el Cerro Colorado, artesano de oficio, un viejo de pueblo amado por todos”, dice el goleador histórico de las inferiores de Talleres a Día a Día.

“Capaz que soy medio indio, preguntale a mi vieja que era su hija, ja, ja, debemos ser descendientes de los comechingones”, dice el chico que ayer se calzó la camiseta naranja número 7. Clara, la mamá de Ramis, se ríe en el estacionamiento del Kempes. Y también llora al ratito. Talleres ganó con ese sufrimiento de siempre. Pero esta vez metió un triunfazo gracias a un golazo de Ramis. El primero del 2-1 sobre Chaco For Ever.

Clara se vuelve a reír. “¿Eso te dijo Pipe? Qué vamos a ser descendientes de indios. Pero, bueno, mi papá era muy querido en Cerro Colorado”, cuenta y solloza: “La verdad que fue un duro golpe para todos”.

Ramis, mientras, se saca fotos con un ramillete de indiecitos albiazules, pibitos de las inferiores que le piden autógrafos. Eduardo, su papá, y sus hermanos lo esperan también. Los Ramis se mueven en una sola célula, pero el abuelo es el tema. Es decir, el Puma; el Puma Tiburzio.

“En Cerro Colorado van a poner su nombre al centro cultural”, imaginate lo que era mi abuelo, vuelve a decir Victorio.

Los grabadores y celulares lo rodean. Lo llevan de un lado para el otro. Ramis viene golpeado en un pómulo, pero aclara que no fue del partido de este domingo, sino de la semana pasada. “Jugué contra Belgrano en la Liga Cordobesa. Este año jugué siete partidos. Me dieron lindo. Pero es difícil a veces jugar, tener un lugar. No me agrada mucho por ahí bajar a la Liga sólo por sacar un lugar a otro chico, pero igualmente me sumo y cuando me pongo la de Talleres juego en cualquier categoría, tengo la predisposición para colaborar con los chicos, como debe ser”, agrega. Pero la charla vuelve a girar en el gol, el golazo que le hizo a Chaco y el Puma, el abuelo.

“Antes de morir hablamos por teléfono y me dijo que me había visto en el diario. No era muy futbolero él, pero me seguía. Nosotros íbamos de chicos a vacacionar para allá y de grandes yo lo gastaba porque era quejoso”.

–El Puma te dio una mano...
–Ja, ja, el Puma me la dejó picando en el área.

–Y un festejo con arco y flecha no está mal como idea...
–Se puede llegar a implementar este festejo, guarda ¿eh? Nos quedan tres partidos y tenemos que dejar todo.

Lo que se dijo en el vestuario. El vestuario albiazul transitó en calma. La victoria sobre Chaco For Ever expuso a todos en plena satisfacción. “No es fácil a veces jugar con el murmullo del hincha. Me di cuenta que había ganado Defensores de Ramallo. Se nota en la cancha. La gente no da más y queremos lograr esto”, contó en la salida del encuentro el defensor salteño Ivo Cháves.

“Estoy contento, fue un partido duro, me duele todo. Me voy con un golpe, pero estoy disfrutando de este momento en Talleres. Estamos muy ilusionados”, cuenta Aldo Araujo, que marcó el otro gol de la T.

Mientras, el defensor Wilfredo Olivera rescató el buen triunfo del equipo. “Fue un partido difícil, lo controlamos, creo que no pasamos sobresaltos y ganamos que era lo más importante para este momento en la definición del campeonato”.

Los jugadores sienten la presión, la ansiedad del hincha y la necesidad del ascenso directo.

Todos, en calma, esperando y soñando con la luz verde final en Talleres, los jugadores se fueron con la misma ilusión que los hinchas.

“Vamos bien, estamos en camino, pero falta mucho todavía. No podemos pensar en otra cosa que en el próximo partido, nada más. Esto es así, me toca vivir esta etapa con la misma necesidad que había años atrás. Por ahora vamos partido a partido y sólo tenemos que pensar en eso”, rescató el capitán de la T Nelson Benítez.