El club aplicó el derecho de admisión a “La Fiel” y la Policía montó un riguroso operativo. Igual, algunos barras fueron a la Gasparini, donde están los de “Las Violetas”. En la popular quedó un espacio.

Al final fue todo carnaval porque Talleres le ganó a Juventud Antoniana y la fiesta se propagó en las tribunas. Sin embargo, detrás de todo ese maquillaje hubo una logística especial para el duelo de anoche. En materia de seguridad, como nunca se tomaron recaudos, para mantenerse alerta, por más que la dirigencia baje los decibeles. Es que la semana pasada fue álgida. El club resolvió la expulsión de la naturaleza de socios a los barras que agredieron al miembro de la comisión revisora de cuentas, Gerardo Livi, y las expresiones del líder de La Fiel aceleraron las actuaciones. “No hicimos mucho. Tenemos el helicóptero a disposición, todas las cámaras de seguridad encendidas como nunca, con las comunicaciones satelitales dispuestas si es necesario. Pero más allá de eso, nada fuera de lo común”, declaró Daniel Grigioni, jefe del operativo de seguridad. Hubo más de 25 mil personas en el Mario Kempes, sin incidentes que lamentar.

Denuncia penal. Mientras tanto, el abogado José Buteler, asesor legal del Albiazul en ámbitos estatutarios, defendió la acción de la dirigencia. Y de paso, anunció que se procedió con la denuncia penal como para reforzar el hecho de haberlos expulsados conforme al reglamento del hincha del club y la aplicación del derecho de admisión.

Barra ausente. La barra de La Fiel no asistió al partido, en realidad no fue a la Willington. A ver, el resto de los acólitos de Darío Cáceres, en solidaridad, no acompañaron, salvo algunos de los miembros que entraron a Platea Gasparini, lugar en donde están los de la extinta “Las Violetas”. Otros, que están de acuerdo con Cáceres, a modo simbólico dejaron un espacio vacío en el medio de la popular a modo de protesta. ¿De visitante optarán por el mismo régimen?