Historia de lucha. De ser arquero de River pasó a dejar el fútbol a los 24 años. Volvió en Arroyo Seco y llegaron los ascensos, su idolatría en Atlético Tucumán, la gloria en Sarmiento. Hoy vive el Mundo Talleres.

Lucas Ischuk es el arquero de Talleres nuevamente. Durante un par de días fue completamente de su familia. De sus hijos, el bebé Tiziano e Isolina. También volvió a ser el pibe de Santa Isabel, Santa Fe, el que a los 18 años ya estaba en River, pero que debió vivir una historia de lucha cuyo capítulo actual lo sube a la escena de las obligaciones de Talleres.

– ¿Cómo sos cuando no hay fútbol?
– Un tipo tranquilo. Disfruta de la familia. Aproveché para ir al pueblo, al que hacía cuatro meses que no iba, para que conocieran a Tiziano, recién nacido. Estuve con los hermanos, familiares, amigos. Pero ya pasó. Fue lunes otra vez, y ya estamos de lleno abocados al trabajo y a la seguidilla de partidos que se nos viene con Talleres.

–¿De dónde sos?
–Santa Isabel, sur de Santa Fe. Yo salí de ahí. Me fui a River a los 18 años. Hicieron una prueba. El encargado de inferiores era Delem y el técnico de la quinta división Jorge Busti. Ahí arranqué.

El capítulo River quedó ahí, aunque sobre el final de la charla volverá a ser revisado. El presente lo lleva a Talleres. Es claro. Durante cada receso de los últimos años, el nombre de Lucas Ischuk no paraba de sonar cuando se armaban los planteles o se reforzaban. En 2015, finalmente llegó al Mundo Talleres y cambió su condición: dejó de ser el arquero que resultaba figura en los juegos contra Atlético Tucumán y se transformó en aquel que se espera sea el del ascenso. “Se dio todo. Hubo predisposición de ambas partes. Hay un proyecto en la institución. Ahora, tengo la obligación de responder. Uno trabaja y se entrena al ciento por ciento. Aspiramos dar lo mejor por Talleres”, dijo Ischuk.

–¿Por qué puede ascender Talleres?
–La ilusión está. Hay que ser realista. Puede pasar el día de mañana. Uno lo puede pensar. Pero la verdad es que no hay que volverse loco y hay que pensar en el día a día. En el fútbol nunca se sabe. Hoy te toca estar acá abajo y mañana, o en poco tiempo, podemos estar arriba. Nuestra obligación es trabajar en el día a día y dar el máximo. Creo que superándonos será mucho más fácil conseguir logros que mirando para adelante. Hay que estar atento siempre. Cuando gano, no me la creo, ni nada y pienso que siempre se puede ser mejor; si pierdo, seguro pienso en mejorar, porque se cometen más errores que al ganar. Creo mucho en la unión y en el trabajo del grupo. Es la base del éxito. las derrotas duelen y el éxito no me marea. Trabajo para lo mejor de mí. Pero priorizo lo grupal. Y eso me llevó a conseguir cosas.

–¿Cómo es el Mundo Talleres?
–Cuando se llega a un club, uno tiene una expectativa. Pero Talleres supera lo que uno imagina. Igual no soy mucho de andar en la calle. A los hinchas me los encuentro en el jardín de mis hijos. El mundo Talleres es impresionante. El club está creciendo. Tenemos comodidades que no tienen todos los planteles de la B Nacional. Te motiva a crecer. Hay partidos que quizá nos hayan costado más; en otros, me patearon poco. Lo primordial es seguir defendiendo la punta y clasificar lo antes posible. Luego empezará otro campeonato, otro torneo. Habrá partidos más duros. Y tendremos que estar mejor que ahora porque los rivales irán creciendo.

–A los 35 años, ¿el fútbol te dio todo?
–En la carrera del futbolista, se puede imaginar un cosa y después, la realidad es otra. Yo tenía 24 años, ya no jugaba más al fútbol y solamente lo hacía en mi pueblo. Por hobby. Después tuve una oportunidad de atajar en Arroyo Seco. Fueron llegando los ascensos y así me volví a meter en el fútbol. Uno tiene que aceptar lo que le dio el fútbol. Uno tiene lo que merece. He vivido cosas lindas. Pude conseguir algo donde jugué. El presente es Talleres y me agarra en una buena edad. Daré lo mejor para beneficio de todos. Hay que aprovechar las oportunidades.

–¿Qué te pasó?
–En River estuve cinco años. Surgió la chance de que me iban a llevar afuera. Los representantes... Luego surgieron chances de ir a otros clubes de Buenos Aires por unas condiciones y después eran otras. Decidí volverme a mi pueblo. Jugué dos años en la Liga de Venado Tuerto. Jugué el Torneo Argentino C con Rivadavia. Me vieron en Arroyo Seco. Me compraron. Solari me llevó a Atlético Tucumán con el que tras dos ascensos llegamos a Primera; luego vino Sarmiento y también subimos. Fueron cuatro ascensos. Pero uno nunca se conforma. Espero que todo siga igual.

Albiazules


Con Burgos. Ayer hubo ensayo en el Complejo Las Casuarinas con vistas al juego con Gutiérrez que se jugará el sábado a las 16. ¿El equipo? Ischuk; Chaves, López, Goiri y Benítez; Burgos, Piergiacomi y Beraldi; Barrionuevo, Strahman y Ereros.

Con Boca o River. Talleres podría jugar ante Boca o River en un mes. Se gestiona.