Talleres, del 0-1 al 2-1. Más allá de los goles de Strahman, el equipo tuvo el juego que pide su entrenador Kudelka para poder salir airoso.

Si bien al entrenador Frank Darío Kudelka no le gustó que el periodismo le señalara que “su” Talleres había presentado dos versiones distintas en el mismo juego –uno con la pelota, en el primer tiempo y otro, sin la pelota, luego–, esto fue lo que en estricto rigor sucedió ayer en San Juan. En el inicio del juego, Talleres tuvo poco la pelota, la perdió con facilidad y fue preso de sus propias contradicciones al momento de tener que entregarla con inteligencia para encontrar al jugador más libre y cerca del arco rival.

Ese equipo, casi sin movilidad, cambió a poco del final de esa etapa. Logró jugar con pases entre líneas y filtrados como le gusta a su entrenador y con los extremos más libertados (Ezequiel Barrionuevo y Aldo Araujo). Así encontró el juego y se reconcilió con la apuesta que esta estructura vino marcando en toda la pretemporada (también se vio algo de eso en la gira mejicana) y exhibió en buen modo en el primer partido debut ante 9 de Julio.

Talleres arrancó el partido de una forma timorata y respetando demasiado a un rival, el que lució muy ordenado en todas sus líneas y que, sin necesidad de apelar a la pierna fuerte, le quitó la pelota y la utilizó mejor.

Así a los 16 minutos, llegó el gol de Federico Acevedo por una triple falla: Sánchez recibió de un lateral, Raymonda lo dejó pasar, Burgos le erró a la pelota, Ischuk sacó el remate hacia arriba, la pelota le quedó a Acevedo cuyo remate dio en el arquero y cuando le cayó nuevamente, logró anotó ante la inacción de Wilfredo Olivera la mandó adentro. Así comenzó a complicarse la tarde para el equipo cordobés.

Sin embargo, Talleres no dejó de mirar el arco rival: jugó con mucha intensidad y esa fue su principal virtud en la desventaja. No bajó los brazo y jugó cada pelota como si fuera la última, pensando que el 1-1 podría llegar. Después de que el arquero Pablo Lucero evitara tres veces la caída de su valla, llegó la reacción albiazul. Tras un error de Adalberto Goiri (casi el 0-2), vino una rápida contra en la que Eial Strahman transformó en penal, una pelota perdida. El “9” hizo el 1-1 y después, anotó el 2-1 en una gran jugada con prólogo de Juan Francia y asistencia de Araujo a la cabeza. El propio extremo le dio al travesaño, luego; cuando el dominio era total.

Ganó Talleres y con juego.