Despedida. Agustín Díaz, con Día a Día. Tras dejar la T, habló de su etapa en el club y de los afectos.

Se abre la puerta y asoma Chiche. Agustín lleva bolsas y frascos de mermelada. Regalos. Chiche es la abuela paterna, con la que luego tomará mates, se reirá y ella lo cargará otra vez con las frases de las niñez que el propio Díaz ni siquiera recuerda.

Pasarán las horas. Y otra vez lo mismo. Tocará el timbre en otra puerta. Y asomarán Eugenio y Clide. Los abuelos maternos.

Esa es la despedida que eligió Agustín Díaz en la tarde del sábado pensando que es jugador de Godoy Cruz, que Talleres ha sido su vida, pero que ya es hora de dar un paso. Hacia adelante.

El Tin no tiene otra vida que el club de sus amores y Villa Carlos Paz. “Es la primera vez que me voy de Carlos Paz. Yo hice todo aquí. Mi vida. Mi barra de amigos. La bicicleta de una casa de mis abuelos a la de los otros. Así toda la infancia y la adolescencia”, rememora a Día a Día el último jugador que más identificó al hincha albiazul. Y que le costó un montón de esfuerzo llegar a este momento.

Pero para él no hay nada como los afectos. “Yo tenía chances de alquilarme un departamento en Córdoba, pedirle al club. Preferí tener un auto y poder ir y venir de Córdoba a Carlos Paz. Acá está mi barra de amigos. Imaginate que nos íbamos en bici a todos lados. Del cole al club. Del club al río. Así era toda la vida”, agrega el ex volante albiazul.

La despedida de Díaz fue de lo más prolijo y casi la perfección. Los hinchas le reconocen la entrega, el amor por la camiseta y la disponibilidad para ser del cepaje albiazul. De los jugadores que se identificaron con los colores. Y siempre lo sintió así. “De Talleres me volvía a mi barrio La Quinta. Nos íbamos a Mayu Sumaj. Al Fantasio. En el río que era bajito clavábamos dos palos de escoba en la arena y sobre el agua jugábamos al fútbol con una pelota de goma. Después poníamos una soga y hacíamos torneos de fútbol tenis”, cuenta con gracia, pensando en los que lo rodean, recalcando a los amigos, reafirmando la crianza en el pago, con la familia.

Un repaso a su carrera

Díaz hace un alto para repasar parte de su carrera. Los comienzos que no fueron fáciles y las oportunidades que iban y venían. Y repasa tres momentos claves.

“Cuando subí a primera, de sexta de AFA fue el primer impacto. Saporiti me subió en 2005. Ése mismo año me tocó debutar ya con Oste-Carrizo como dupla. Y después el tercer impacto ya fue el ascenso (2013)”, recuerda.

“Me voy muy bien del club y a Talleres es un hasta pronto. Sé que voy a volver porque lo quiero hacer. Rescato el aliento y el cariño de la gente. El apoyo, el reconocimiento y la banca siempre. Hasta en las malas. Me frenaban para decirme algo bueno siempre. Sé que no llené las vitrinas con Talleres, pero la gente me reconoce y es el mejor premio de mi carrera”, dice con sinceridad, como también la espina de la temporada anterior.

“Se nos escapó como arena entre las manos. No me recupero todavía del descenso al Federal A, con todo lo que nos costó aquel ascenso a la B Nacional, pero ha sido así y uno sabe que se va con esa deuda que un día será saldada”, concluye.

Todo le costó. Y siempre pensó con la cabeza fuera de la cancha el volante albiazul que se va ahora para Mendoza. “Uno nunca sabe qué puede pasar. Si me vieras en los dos primeros años que jugué en la primera de Talleres. Con dos amigos manejábamos una playa de estacionamiento en Carlos Paz. Y guarda, yo metía linterna de noche, acomodaba los autos. Les decía como estacionar, cobraba y cumplía mi turno. Volvía de entrenar a la tarde y agarraba la linternita. Cuando cuidaba los autos me decían que era parecido al que jugaba en Talleres. Hasta que empezaron a preguntarme si era el Díaz de Talleres, jaja”.

Quedan Germán (22) su hermano y sus padres Marisa y Sergio. Quedan los abuelos. Los amigos. Su novia Micaela será el soporte para lo que viene. Pero el Tin no se olvida de quién es. Se va un soñador, alguien que peleó desde muy abajo, con humildad. Pero a los buenos tipos, los sueños siempre se le cumplen. Siempre.

Después de 166 partidos

Tras su debut en 2005 y luego de 166 partidos, Agustín Díaz deja el club. Anotó 18 goles y es el 33º con más presencias en toda la historia del club. Extenderá su vínculo con la T por un año y se va a préstamo a Godoy Cruz por un año.