Con 26 años, Jonathan Acosta, autor de la asistencia para Ivo Chaves en el empate en Santiago del Estero, expresó sentirse uno más del plantel, sin privilegios. Historia de un luchador que remó cinco años para ser considerado en Talleres. “Estamos a tres pasos del ascenso”, comentó el futbolista nacido en Morón.

Dueño de un perfil bajo evidente, Jonathan Acosta es ajeno a las declaraciones rimbombantes. Al contrario, hay que sacarle las palabras con una tenaza. Su fuerte no es la retórica: con timidez, responde con frases sucintas, pero sin perder la sonrisa. El volante izquierdo de un gran partido en Santiago del Estero, disfruta el momento, y se “queja” entre comillas con el mote de juvenil: “Ya tengo 26 años y estoy hace cinco en Talleres. Venía remando mucho por esta posibilidad, por eso, ahora que se me dio esta chance la quiero seguir aprovechando. No ganamos nada, hay que estar tranquilo y luchar por la clasificación”, fue la respuesta de Acosta, casi con cassette, sobre su momento. Es que no es de dar entrevistas, y a pesar de que no se pone nervioso, es evidente que no se siente del todo cómodo.

Y tampoco busca sorprender hablando. Nacido en Buenos Aires, más precisamente en Morón y con inferiores en ese club, Ferro y Excursionistas, llegó a barrio Jardín en 2010, jugó seis meses en la Primera Local, de la mano de su representante, “Serrucho” González. Estuvo a préstamos dos años en 9 de Julio de Morteros en el Argentino B, y cuenta con un paso por el fútbol chino, más precisamente en Hong Kong. “Anduve por todos lados y nunca me cansé de insistir. A veces uno se desanima porque los años pasaban y no tenía oportunidades. Ahora me siento con confianza y espero seguir rindiendo”, agregó Acosta.

- ¿Te imaginabas ser tenido en cuenta en una instancia tan decisiva?
- Uno siempre debe estar preparado. La chance de jugar puede llegar en cualquier momento. Me tocó estar en una función no muy familiar, porque soy más enganche que volante izquierdo. Tuve que dar una mano en el carril en el retroceso, pero por suerte mis compañeros me dieron confianza para poder rendir.

- ¿Qué te dijo Hoyos, el DT, antes del juego?
- Que jugara tranquilo, que haga lo que sé hacer, todavía no caigo del todo lo que me tocó vivir. Estoy contento. Pero el resultado ayuda a que uno se sienta más cómodo. Por suerte el grupo apoya, los referentes siempre nos hablan, como (Julio) Mozzo y (Lucas) Bovaglio. Juvenil ya no soy, tampoco pido paciencia, es tiempo de demostrar por qué tengo cinco años en este club.

- Te costó entrar en juego, pero en el complemento, hasta te animaste a patear...
- No me encontraba en cancha. Pero después cuando agarré la pelota creo que pude hacer lo mío, que es tocar con mis compañeros y buscar espacios. Cuando vi huecos, rematé al arco. Me pude adaptar.

- Y pensar que a principio de temporada, te iban a ceder a préstamo...
- Son las reglas del juego, por eso todo sacrificio vale la pena. Quien se esfuerza puede cosechar lo que busca. Soy muy creyente y puse fe en Dios. Es cuestión de confiar en uno mismo.

- ¿Cómo se hace para manejar la presión?
- Con tranquilidad y enfocados. Estamos a tres pasos del ascenso. Tenemos que pensar en ese objetivo, siendo conscientes de que en tres partidos podemos llegar a la B Nacional. Pasó de todo esta temporada, cambios de técnicos, sin embargo, seguimos con vida.