El albiazul cayó sin atenuantes 4 a 1 ante Unión de Mar del Plata en su presentación de local en el torneo y mostró seríos inconvenientes.Pobre actuación del equipo que dirige Jorge Ghiso, que pende de un hilo en su cargo de DT.

La peor imagen dejó Talleres ante su gente, en el debut en casa, golpeado con un 4 a 1 tan categótico ante Unión de Mar del Plata que no admite análisis no objeciones. El descocierto es tan general, dentro y fuera de la cancha, que deja como resultado falencias en todos los sectores y un equipo que no juega a nada, y por eso, la despedida a puro silbido por parte de la gente es hasta casi justificada, sin ánimo de generar violencia. La responsabilidad recae en tantos actores que sería injusto olvidarse de alguien. Pero al terminar jugando con dos defensores, cuatro volantes centrales, tres enlaces y un delantero, deja en claro que lo inentendible del esquema es parte de la confusión total que se vive tanto en barrio Jardín como en la cabeza del DT Jorge Ghiso.

Claro está que aún faltan 12 finales, solo que queda sensación de haber dado demasiada ventaja ante un rival que se lo debe visitar más adelante y que ya aventaja con cinco unidades. Y que fue práctico con la pelota, impecable desde lo táctico y efectivo para liquidarlo. Los dos goles de Wilson Albarracin también la poca capacidad de reacción defensiva. Y que, por contrapartida desde el otro lado, si el único delantero albiazul tiene las características no tan de área, necesita no solo abastecimiento sino más llegada de los volantes. Nada de eso pasó.

El descuento de Agustín Díaz fue premio al jugador franquicia. Los dos goles del rival ya desnudaron por completo una estructura que no solo que no hace pie sino que tampoco mostró fuerzar anímicas ni ideas para revertirlo.

No hubo equilibrio. No hubo juego asociado en tres enlaces. No hubo solidez en defensa. Entonces el resultado no debe sorprender, más allá de lo abultado, en que Talleres perdió merecidamente y que no mostró recursos ni para despertarse ni para ilusionar.

Reprobable por completo. Ghiso tampoco fue claro en los cambios y este tipo de caídas pone en jaque a cualquier DT. Y menos ante una dirigencia que no le tiene demasiada simpatía, por lo que seguramente habrá novedades o plazos en esta semana. Así, en un torneo de 14 partidos, no se puede arrancar si pretende soñar con el retorno a la B Nacional.