2-2. La “T” estuvo dos veces en ventaja, pero tuvo dos yerros defensivos y Mitre le empató.

Si algo tuvo de positivo el amistoso que Talleres empató ayer 2 a 2 en la Boutique frente a Mitre de Santiago, más allá del lógico regocijo de sus hinchas por volver a su “Templo” de Barrio Jardín, fue que pudo ir entrando en clima de lo que le tocará enfrentar en el próximo Torneo Federal A, y, con mayor énfasis, cuando deba jugar como visitante.

Enfrentó a un equipo típico de la divisional como el santiagueño, modelado más para el roce, la fricción e impedir el juego rival que por lucirse con el propio, en una cancha más chica que el Kempes y con la presión cercana de los hinchas. Es evidente que enfrentar a equipos que dejan jugar, como lo fue Newell’s en Rafaela por la Copa Argentina, no es lo mismo que hacerlo contra uno que achica, mete, raspa y “aplica” duro en cada metro de la cancha, como sucedió ayer.

En el primer tiempo el equipo de Ghiso repitió todo lo bueno visto frente al equipo rosarino: orden, firmeza atrás, buen trato del balón en el medio, mucha llegada por afuera con los volantes y la intención permanente de mirar el arco contrario, sin perder la compostura.

Tuvo en Patricio Rodríguez, encarando por izquierda y buscando la diagonal por el medio, en la inteligencia de Barrionuevo para meter cambios de frente profundos y en el fútbol de Fabio Álvarez, sus puntos fuertes y que mejor explotó,

Así llegó a los 28m su primer gol: “el Indio” metió un pase profundo desde la derecha, se durmió Lencinas y “el Patito”, bien ubicado, facturó. Con eso le alcanzó para irse al descanso tranquilo y con un buen pronóstico para el resto del juego.

Pero ni bien arrancó el complemento, Fabio Álvarez se lesionó un tobillo y la “T” comenzó a perder la pelota y también su consistencia colectiva.

El equipo se relajó, Mitre lo aprovechó y con la receta de cortar el juego con faltas, algunas duras, y de contragolpe, le fue complicando la existencia. Fue entonces que a los 34m, el uruguayo Lerda, quien había reemplazado a Costa en el arco, se equivocó al interceptar un envío, la pelota le pasó entre las piernas y Parisi convirtió.

Talleres sintió el impacto y cinco minutos después, con un tremendo zurdazo desde 25 metros de otro uruguayo, el debutante Nicolás Schenone Paz, pasó al frente. Parecía que el Albiazul tenía el triunfo en el bolso, pero a los 44m, tras un córner, la defensa albiazul perdió la marcas, Noir se anticipó y logró el empate final.

Para Talleres, el resultado debe ser lo de menos. El partido, seguramente, le dejará varias lecturas, de frente a lo que se viene, cuando se juegue por los porotos gordos y con obligaciones muy distintas.