Discurso. Jorge Ghiso arrancó su ciclo en Talleres y destacó a su equipo. “Hicieron todo para ganar ante un gran rival como Defensa”, esgrimió.

“Hay que ganar siete partidos”. Así de categórico fue Jorge Ghiso en su desembarco en Talleres, para tomar el timón y evitar el naufragio. Contra Defensa y Justicia, gastó la primera bala y no dio en el blanco. Lo delicado de la situación albiazul, penúltimo en los promedios, no permite darle más valor al empate en cero con el puntero, la sensación del torneo y uno de los mejores equipos. Por eso, Vitrola se apresuró en aclarar: “El empate no sirve. Si hubiera sido al comienzo del torneo, estaría feliz. Ahora, vamos por Instituto”.

De todos modos, Vitrola intentó encontrar el lado positivo al cero a cero con Defensa y Justicia. “Hicimos todo para ganar. Por eso digo que me voy satisfecho pero a la vez triste, porque no pudimos ganar. Entré al vestuario y por el silencio, parecía un velorio. Entonces les dije a los muchachos: ‘Tienen que salir con la cabeza en alto, como los All Blacks, porque se fueron aplaudidos por dejar todo’”. Así va a ser cada vez que lo hagan, porque nos acompañó una multitud y nos empujó con su aliento”, detalló con su particular estilo.

Después de ponderar que mantuvo el arco en cero ante el equipo más goleador de la temporada, Vitrola remarcó que el planteo se basó en el orden. “Nos llegaron con cinco jugadores en los primeros minutos. Lo corregimos y ya no lo hicieron más. El puntero nos respetó y eso es lo que más me gustó, que respetaran a Talleres”, enfatizó.

Por eso hizo párrafo aparte para elogiar la tarea de su equipo. “En otras circunstancias, Talleres se quedaba con la victoria, porque hubiera jugado más tranquilo. Jugadores por jugadores, demostraron que no son menos que los de Defensa y Justicia, que está cerca de ascender”.

Cuando le preguntaron qué faltó para conseguir el triunfo tan necesario, sintetizó: “El último toque”. Y después se explayó: “En el primer tiempo, se vio en la jugada en la que encaró el chico Pavón, que fue de los mejores, y dio el pase hacia afuera, en vez de meter en cortada entre los centrales. Eso es lo que tenemos que trabajar, o mejor dicho, en lo que debemos insistir. No me gusta decir trabajo porque disfrutamos haciendo esto”.

Así lo vivió Vitrola. Con intensidad, como es el mismo. Como todo lo que se le viene a Talleres de aquí al final.

La salida del 9. Cuando todo el Kempes pedía por el ingreso de Juan Sánchez Sotelo en la segunda mitad, Jorge Ghiso no sólo no puso al Lobo, sino que además reemplazó a Gonzalo Klusener con Juan Tevez. Y muchos lo objetaron.

“Fue un cambio táctico, porque Klusener estaba un poco cansado y había perdido algunas pelotas. Además, Tevez es de características parecidas”, explicó Vitrola, sin soslayar que además, Klusener estaba al límite por cuatro amarillas, con Instituto a la vista.

“Una de las posibilidades era jugar con los dos tanques en el área, con Sánchez Sotelo. Pero noté que Pavón se estaba cansando y lo dejé más arriba para que haga lo que mejor hace, atacar, junto a Klusener. Puse a Fredrich para que tape un sector por el que casi nos vacunan”, completó.

Grita un gol a Instituto. El destino vuelve a cruzar a Jorge Ghiso con Instituto, club al que dirigió en dos ciclos (en 1996 perdió la final por el ascenso, y del 2007 al 2009), ahora como técnico de Talleres.

“Me quedan los mejores recuerdos de Instituto, pero necesitamos ganar y si hacemos un gol, lo grito”, anticipó Vitrola, con un condimento extra para el clásico del próximo sábado.

“Gritar un gol no es cargar, no es faltarle el respeto a la gente, espero que se entienda. Hoy (por ayer), si hacíamos un gol, lo gritaba”, justificó el DT. La semana pasada, había afirmado: “Ahora soy el más acérrimo hincha de Talleres”.

“A Instituto ya lo enfrenté con otros equipos, por eso no lo tomo como un partido especial. Si me gusta jugarlo, como a todo clásico”, completó Vitrola.