La era Forestello. El nuevo entrenador llegó en la noche del viernes a nuestra ciudad para ultimar detalles de su gestión en la T. Confirmó que quiere a Ezequiel Videla y que está al caer. Ya arrancó.

Forestello corre, se abre, recibe y encara con la pelota. No le gusta tanto correr por las bandas. La naturaleza del delantero es esa, alinearse hacia el centro para buscar el arco rival.

Aquel flaco desgarbado que asomó en Brown es ya hoy un hombre con un pasado. Sus huellas están marcadas en la tierra del ascenso. Por eso hace lo mismo ahora ya como un entrenador en franca evolución. Busca con sus palabras la distancia justa como si se estuviera ante el arco. Otra vez. “Cómo no voy a conocer la B Nacional si prácticamente jugué toda mi vida en la B Nacional”, dice el nuevo y flamante entrenador de Talleres.

Rubén Darío Forestello tiene 42 años. Está feliz. Le acaba de agradecer a Maximiliano Salas y a Rodrigo Escribano por la confianza. Y por darle la responsabilidad como nuevo entrenador albiazul, después de la era Sialle.

El Yagui (el apodo “castellanizado” del personaje de Scooby Doo) no parece temer a nada. No ve fantasmas como el clásico dibujito. Y no se deja engañar por nada. Porque ve el bosque antes que el árbol. “Llegar a Talleres es llegar a un club muy grande, demasiado. Y tengo la ilusión y la expectativa de hacer una muy buena campaña. Conozco a algunos jugadores, hemos estado hablando mucho con Maxi (Salas) y he terminado de interiorizarme en algunos detalles”, contó el entrenador a Día a Día.

Forestello está en tránsito hacia Córdoba en auto, desde Rafaela, el lugar donde reside. Aunque todos creen que es pampeano su ficha de nacimiento está en Pincen, un pueblito al sur de Córdoba, cerca de Río Cuarto. Pero pasó gran parte de su crianza en La Pampa. La vida lo sacó de allí y lo convirtió en un trotafútbol. Típico jugador del ascenso, fue de esos delanteros que aparecían como un fantasma y la mandaban a guardar. Por su mirada serial hacia el arco se jacta de su real gusto: “Me gustan los equipos agresivos. Hay que plantarse bien, pero hacerse de la pelota y pensar en el arco de enfrente”. No asoma como un gran estilista, pero por algo saltó de dirigir en el Argentino A a la Primera División. Al no ser un DT de ascenso, saca a relucir parte de lo vivido. “Es una categoría que sí la conozco bastante y es un gran desafío”, contó. Mientras, el gerente deportivo Maximiliano Salas ratificó esto dicho: “Me sorprendió el conocimiento acabado que tiene del club. Hemos hablado bastante, pero conoce muchas de las situaciones en las que estamos, sabe cómo juegan nuestros jugadores”.

No en vano, el propio Forestello reconoció la relación. “Hace tres años que nos conocemos con esta gente de Talleres. Hubo una posibilidad de llegar en el Argentino A. Lastimosamente cayó ahí el club, pero al menos logró el ascenso, algo imprescindible. Igual, vamos a tratar de hacer lo nuestro”, completó el Yagui.

Forestello recalcó que más allá de lo económico lo que más le importa es “cerrar” el tema deportivo. “Quiero que podamos completar la idea y los detalles en lo deportivo. Hemos estado hablando de los refuerzos, ya tengo un volante izquierdo que me interesa mucho y hemos hablado, como también me importa Videla (el ex Instituto) con quien Maxi está dialogando”, completó confirmando ese dato a Radio Continental Córdoba.

Forestello dialogaba con distintos medios mientras manejaba el coche en la ruta, camino a Córdoba. La comunicación de cortaba y volvía a entablarse. Sí lo hacía claramente como técnico de Talleres. Con firmeza. Anoche llegó y se alojó en un hotel. Este sábado ya comienza su ciclo en barrio Jardín.