De diez. Valencia y Bochini coincidieron en que los Talleres-Independiente eran puro fútbol. Igual, lo siguen tomando como una cita especial.

Hay exponentes que son el fútbol mismo. Y partidos que invitaban a disfrutarlo con todos los sentidos. Como los Talleres-Independiente que forjaron su historial, con figuras de la dimensión de un Daniel Valencia, de un Ricardo Bochini.

La Rana, artífice del Talleres dorado, y el Bocha, cerebro del Independiente más genial, se pusieron de frente a un nuevo choque entre Albiazules y Diablos en otra categoría, impensada 35 años atrás cuando la T rozaba la cúspide de su esplendor en aquella final del Nacional ‘77, disputada en enero del ‘78, y el Rojo le daba un baño de gloria a su estirpe triunfal.

“Esos partidos eran una fiesta del fútbol”, concordaron los dos cracks. “Te marcaban para toda la vida. Esa final fue como la de una Copa del Mundo, para bien o para mal, inolvidable. Y como amante del buen fútbol, siento nostalgia de esos tiempos, con la cancha llena de buenos jugadores”, rememoró Valencia ante Día a Día.

“Talleres tenía un equipazo y nosotros jugábamos bien. Disfrutaba cada partido”, aseguró Bochini, con idéntico paladar negro, en el contacto con este diario.

Ni en su visión inspirada, podían imaginar que tres décadas y media después de aquella final para el recuerdo, las gambetas del fútbol (endiabladas), cruzarían a Talleres e Independiente en la segunda división, como ocurrirá esta noche en el Kempes.

“Por todos esos recuerdos, interiormente uno siente que es un partido especial. Voy a ir a la cancha, como hincha, pero no creo que pueda ver el fútbol que me gusta”, tiró el cambio de frente la Rana.

Bochini no viene, aunque no eludirá la tele para mirar a “su” Independiente. “Nadie pensaba que podíamos estar una categoría abajo. A todos los hinchas, y a los jugadores de aquella época gloriosa, nos duele lo que le está pasando a Independiente. Por suerte, el equipo mejoró bastante respecto al inicio del torneo”, clarificó el Bocha.

“Los jugadores de ahora están muy presionados. La gente quiere ganar, no va a la cancha a ver fútbol, quiere los tres puntos. Y termina aplaudiendo al que se tira o al que expulsan por un patadón. Los goles vienen por equivocación del rival”, lamentó Valencia, quien todavía paladea aquellas jornadas históricas en la que la gente “iba a la cancha como si fuera al cine, para divertirse”.

Y puso el ojo experto sobre el Talleres de hoy: “Juega como todos, al error ajeno. Desaparecieron los jugadores que hacían la diferencia. Me gusta Agustín Díaz, es de los que puede inventar algo, e increíblemente no está jugando”.

De Independiente, destacó a Daniel Montenegro, aunque “se contagió del fútbol actual, no es el Montenegro que conocíamos”.

El Bocha compartió las postales de los años dorados, esas “fiestas del fútbol” a las que tanto aluden los dos. “Jugamos la final en la cancha de Talleres que estaba repleta y cuando terminó todo, pese a no ser campeones, nos aplaudieron igual. Era un público acostumbrado a ver bien el fútbol. Ahora no hay fiesta dentro de la cancha ni en las tribunas, por que los mejores jugadores están afuera y por la violencia”, apuntó y disparó.

Reconoció que no sabe mucho del Talleres actual, porque no lo vio. Y del Rojo, examinó: “Me gusta lo que propone (Omar) De Felippe, porque intenta jugar por abajo, tocar. Montenegro es un jugador importante para la categoría, (Facundo) Parra puede ser un gran goleador y (Matías) Pisano provoca más llegadas. Mejoramos en cantidad de goles respecto al equipo que dirigía Brindisi”.

De otra especie. La admiración mutua brota con la misma espontaneidad de un quiebre de cintura, de un caño. “Uno siempre se fija en el que juega en el mismo puesto y cómo no ver al Bocha. Además, armó una dupla para el recuerdo con Daniel Bertoni, como me tocó a mí con Alderete”, lanzó el pase en profundidad Valencia.

“Daniel eran un jugador bárbaro, vistoso, técnico”, devolvió la pared Bochini.

Dos “10” a puro fútbol. Como los retrató El Gráfico, que hacía de sus tapas obras de arte. Y con la promesa de fútbol que siempre distingue a un Talleres-Independiente, más allá de la categoría.

Esa final. El 25 de enero de ‘78 marcó de por vida a la T. Perdió la final del Nacional ‘77, por el 2-2 con un Independiente diezmado. El Bocha gozó, Valencia lo sufre.

Sin lugar. Daniel Valencia fue vice de Carlos Ahumada y le jugó en contra. Hoy quiere formar parte de Talleres y las puertas no se le abren. Igual, ídolo.

Crítico. Ricardo Bochini se mostró amargado por el descenso con el club en el que ganó 13 títulos. “Hay que subir rápido, como lo hizo River”, instó.

La amargura de Valencia: Me siento un exiliado


A días de la celebración por el centenario de Talleres, el próximo 12 de octubre, Daniel Valencia se siente ajeno, más allá de dejar sus pinceladas en muchas de las páginas imborrables del club de barrio Jardín.

“Voy a ir, como un hincha más. Me siento el hincha número uno de Talleres, pero por la decisión de cuatro o cinco personas que están en la dirigencia, hoy estoy como un exiliado”, describió sin ocultar su desazón.

La proximidad con el gerenciador Carlos Ahumada, de quien fue vicepresidente, le deparó un vacío de parte del Fondo de Inversión. Lo sabe, no lo comparte. “Se lo que soy, lo que hice y lo que no hice. Durante muchos años aporté lo mio para que Talleres tuviera el fútbol más lindo del país y el cariño de la gente es lo que me queda. No me va a hacer mejor ni una foto ni un pergamino, y mucho menos que después de que me lo den, siga todo igual”, sentenció el jujeño. Y con tono de amargura, completó: “Ya perdí las esperanzas de volver a ser parte del club”.

En el Centenario. Más allá de sus dichos, Daniel Valencia reconoció haber recibido una invitación para formar parte de los festejos por los cien años de Talleres.

Marcelo Brusa, coordinador de la Comisión Centenario, lo ratificó. “Todos los que formaron parte de la historia del club están invitados. Algunos van a jugar el partido de las glorias con los campeones del ‘94 y el ‘98, y otros asistirán para recibir una plaqueta. Conocemos el pensamiento de Valencia, pero creemos que los cien años del club están por encima de las diferencias”, alegó.

Valencia, en su esplendor, saltó de Talleres a la Selección y fue campeón del Mundo en 1978.

Invitado. Desde la Comisión del Centenario, confirmaron que Valencia será parte de los festejos del aniversario.