Día de aprendizaje. La T tenía casi aprueba con triunfo en el debut porque la materia “gol” es su fuerte, por la maestría de Klusener. El problema sigue estando atrás y un rival aplicado le desnudó las falencias.

Luz verde para Talleres en su capacidad goleadora, en mantener en vigencia a un delantero como Klusener, que por encima de las diferencias de divisional tiene categoría de goleador. En la fiereza de Leyes para neutralizar lo que pasa cerca de y de Cháves para poner candado en su costado y empujar desde el fondo. Y en un capitán con voz de mando como Avendaño, capaz de ganar en su trinchera y en la del adversario. Un abanderado.

Hasta allí luz verde. Después viene la parte inmadura, la que no termina de germinar, de dar frutos, la que hace pensar que el equipo todavía está un poco verde.

Por su fragilidad defensiva, por la ingenuidad que causa desacoples, porosidades, imperfecciones que se traducen en dolores de cabeza y en la certeza de que los de Sialle deberán madurar rápido para que los rivales de turno no le hagan sentir el rigor de ser “el nuevo”.

Talleres rindió su primer examen en la B Nacional y se topó con un Sarmiento que no es el peor de la clase ni mucho menos. Incluso, el equipo de Junín cerca estuvo de graduarse en la temporada pasada. Es aplicado, con la lección masticada y astuto en eso de desnudar las desatenciones ajenas para bocharlo. Al punto que en la última casi deja a los de Sialle sin nada.

Talleres pasó al frente porque la Matemática le da respaldo y los números le cierran en la esta racha de 21 partidos sin perder. Porque la Historia le otorga la razón en que tiene con qué complicar a rivales de cursos superiores. Porque hay química entre este plantel y su público, presente como hincha y como socio, y porque la Geografía lo pone en el mapa como un equipo con pretenciones.

Talleres pasó al frente porque convertir goles es la materia que más domina y sus delanteros, sobre todo Klusener, saben al pie de la letra el manual de como definir y el teorema de encontrar el ángulo en cada costado. Por dos veces pareció que la T aprobaba el debut con triunfo.

Recuperatorio. Pero fue empate. La nota no está mal, máxime por lo exigente que resulta el Sarmiento de Sergio Lippi. Y sin embargo, no dejó conforme a los albiazules. El Tin Díaz, uno de los mejores alumnos, lo entendió a la perfección y lo recitó: “Cuando uno hace un gol, hay que aguantar cinco minutitos sin que te conviertan”. Es del ABC del fútbol y hay que aplicarlo.

Talleres acertó en la primera que nítida, con el cabezazo de Klusener al cierre de la primera etapa. Era irse al recreo ganando. Y Sarmiento le borró la sonrisa. Le empató por primera vez por el lado más vulnerable de la T, el flanco izquierdo, donde Bazzi no rinde como cuando es zaguero y Nievas tampoco alcanza al “6” para el “bueno”. Y para peor, Barrionuevo no termina de resolver la ecuación de ser volante izquierdo. Se estaciona, se acorrala contra la raya y hasta ahora no hace tan buena letra como en Sportivo, cuando lo dejaban más de punta y libre.

Por ese lado flaco vulneraron a Talleres con un delantero infiltrado en el corazón del área, sólo ante un Aguiar ayer inseguro.

Las amonestaciones no terminan allí para el sistema defensivo albiazul. Había conseguido desnivelar otra vez por Avendaño, luego de otro acierto de pelota parada de Barrionuevo y de hundir en la red un rebote de Ischuk. Festejo, tan intenso como breve. Casi ni se acomodó en la cancha, ya con Vega entre los titulares y como volante izquierdo, cuando Sarmiento lo sorprendió mal parado y le puso una vez más un delantero mano a mano.

Gol y 2 a 2, apenas un par de minutos después.

Klusener se quejó, y con algo de razón, de que el árbitro Echenique permitió que Sarmiento sacara del medio cuando el recién ingresado Vega casi que no había tomado posición. Es otra cuestión que los albiazules deberán aprender, que los rivales también se valen de “machetes” de este tipo, cuando el profe (el árbitro) mira para otro lado.

Son las enseñanzas que deberá incorporar Talleres en esta carrera que inició, en la que habrá pruebas a diario y en la que espera recibirse. La maestría sigue estando en la rapidez para multiplicar goles y encontrar soluciones a ese tipo de problemas. Tendrá que hayar un compañero de banco para el Tin Díaz en la creación y, definitivamente, responder mejor en su costado izquierdo, quizá con Shaffer, con Vera cuando se recupere. Es materia pendiente para aspirar a pasar de grado.

Racha. Con el empate, Talleres alcanzó los 21 partidos sin conocer la derrota. En la seguidilla, 18 juegos fueron oficiales.

Goleador. Gonzalo Klusener acumula 26 tantos en 32 presentaciones oficiales. Promedio de 0,81. Dato de @mauricoccolo.

En verde. En la temporada pasada, Talleres arrancó con un 2-2 contra otro Verde, Sportivo Belgrano. Después, para arriba.