El entrenador albiazul recibió el aval a su gestión para renovar su contrato. En breve, se sentará a rubricarlo con el Fondo de Inversión. Y le ganó la camioneta a Rodrigo Escribano.

La anécdota ya tiene un tiempo, pero es válida. El entrenador Arnaldo Sialle iba a su segunda charla con Rodrigo Escribano, titular del Fondo de Inversión de Talleres.

José María Bianco ya era historia y en Rosario, el ex jugador de Central Córdoba y Newell’s, firmaba su contrato con el dirigente albiazul. Muy cerca de ese 14 de noviembre de 2011, que marcó el inicio de la era Sialle.

Allá en el peor momento de la historia deportiva. Mala fase clasificatoria, en el tercer campeonato Argentino A.

“¿La historia de la camioneta? Ahora le tengo que dar mi vehículo. Debo honrar mi palabra. Cuando arreglamos que venía a Talleres, me contó que su actual vehículo, una Jeep bordó, se la había ganado por el ascenso de Guillermo Brown de Madryn. Que el presidente le había dicho que se la cedía. Porque se había planteado el objetivo de no descender más que nada. Cuando arreglamos para que viniera a Talleres, él me contó aquella historia y yo medio en broma, medio en medio lo acepté. El equipo no estaba bien y el objetivo estaba lejos. Pasó, renovamos y ahora que ascendimos, la Nissan Murano será para Sialle. Es así. Se la merece. Por todo”, reiteró Escribano.

El martes, el máximo directivo albiazul se encontró con el DT. Fue en el agasajo al plantel por parte del intendente Ramón Mestre, y ambos acordaron reunirse mañana para cerrar la continuidad de “Cacho”, algo que fue avalado por el Fondo de Inversión de Talleres, tras el informe sobre la gestión que hizo Maximiliano Salas, el gerente deportivo.

Allí seguro hablarán de la camioneta y de todos los temas del Mundo Talleres, ahora en órbita de la Primera B Nacional. “Está la intención de ambas partes. Lógicamente, hay que darle una formalidad a esto. Hablamos, más allá de las intenciones. Tenemos por delante la Copa Argentina que será en la primera semana de junio, que está relativamente cerca y el partido ante Santamarina de Tandil, para cerrar el torneo, este fin de semana”, dijo Sialle, quien renovaría por un año.

–¿Estos días que estuvo en su Rosario natal hicieron que le cayera la ficha?
–Sabemos que se consiguió algo importante y estamos contentos. Sobre todo por la gente de Talleres, que la venía pasando mal. Disfruté con la familia, los amigos. También festejé.

–¿Quedó en la historia?
–Seguro, pero ya está. Como ya lo dije, estamos contentos. El hincha la estaba pasando mal, en cuanto a lo deportivo. El malestar iba creciendo. Ahora se le pudo dar una alegría. Ahora hay que pensar hacia adelante.

–Hubo momentos duros para usted también...
–Como te dije alguna vez. No flaqueo. Nunca. La verdad. Es así...

“Cacho” interrumpe la entrevista. Un grupo de empleados municipales lo rodean, le piden fotos, autógrafos. Es su momento. Lo disfruta, lo vive, pero sabe que lo que tiene por delante será igualmente importante. Conducir a Talleres en la B Nacional y retornar a un lugar en el que estuvo con Independiente Rivadavia y Brown de Madryn, aunque no todo lo que el quiso.

Algunos hinchas alcanzaron a advertir su presencia y le cantaron “que de la mano, de Cacho Sialle, todos la vuelta vamos a dar”.

–¿Cómo maneja eso?
–Fue hermoso, emocionante. Me siento agradecido.

–Siguen Zielinski y vos...
–Sí. Le tengo un gran respeto. Nos seguiremos viendo por acá. Ojalá. Llevamos un año y medio nosotros. Él y los suyos, más. Es bueno para todos.