El Tallerito de Albornós ganó el Preparación de la Liga al vencer en la final a Belgrano 1-0. Locura.

Se sentía un griterío. Como si fuera un domingo al mediodía. Los Albornós estaban festejándole una más a la Chanchita. Danielito, aún. El nene. El hijo. El nieto. La Chancha, código de barrio y de amigos. El padre que le pide una foto a Messi con su hijo. El marido que le manda besos por celular a su compañera de siempre. Y esta vez, una alegría más. Con una parrilla y el asadito se completa. La Chancha se metió una ducha para aflojar las tensiones y el celular no le paró de sonar. “Estoy muy feliz por este grupo de chicos, que vienen peleándola y que hoy por momentos jugaron un gran partido”, le dice el DT del Tallerito a Día a Día.

Daniel Albornós es el primer DT campeón del Centenario de Talleres. Y, aunque sea de esos títulos sin peso, se anotó en la vitrina el Preparación de la Liga Cordobesa de Fútbol, con el mejor aditivo: le ganó la final del campeonato a Belgrano 1-0.

“Siempre quiero ganarle a Belgrano. Pero en Talleres hay que ganar en todo, hasta en patín, jaja”, dice el ex talentoso volante.

Albornós suena como esos amigos o esos parientes que están lejos y que uno se desvive por escuchar. La Chancha camina con los pies sobre la tierra. “Quiero seguir aprendiendo. Creciendo. Siento que he ido a la par de estos chicos (los dirige desde la novena división) y me queda mucho por seguir trabajando. Deseo que Talleres ascienda a la B Nacional, con Sialle. Cacho tiene que seguir siendo el técnico de nuestra primera. Y ya van a ver, si eso se concreta, los jugadores que vamos a poder entregar a la primera, ya van a ver”, promete la Chanchita, como si Talleres fuera aún esa novia de siempre a la que hay que cortejar, decirle que es lo más lindo que le pasó en la vida.

Pero para el técnico del Tallerito no es más ni menos que eso. Arrancó allá por 2008 cuando el barco se hundía. Solo, con las herramientas básicas de preguntar, interiorizarse, aprender, se fue construyendo. Pasó a la sexta de la liga donde fue campeón (paralelamente jugaron el Sub 15 que llegó a la semifinal), luego subió a la cuarta y también fue campeón, llegó a la mitad del torneo puntero y le dieron el fierro caliente del Tallerito. “Estábamos mal, con peligro de descenso. Llegamos a subcampeones en 2012 (perdió la final con Avellaneda). Ahora, disfruto de estos chicos y ellos de un gran logro, merecido”, completó.

Albornós, con Julio Ceballos de ayudante y con el PF Claudio Mazzaforte ya dieron el primer paso del año. Un logro que ayuda.

Albornós, DT Tallerito. “Estoy muy feliz por este grupo de chicos. Siempre quiero ganarle a Belgrano. Pero en Talleres hay que ganar hasta en patín, jaja”.

Pavón, Garro y Molina. “Hay una camada muy buena de jugadores que se viene”, dijo ayer a Radio Sucesos el presidente del Fondo de Inversión de Talleres Rodrigo Escribano. En el club se festejó bastante el Torneo Preparación de la Liga, pero el dirigente fue un poco más allá, hacia la proyección de varios jugadores de la cantera.

En el Tallerito hay varios jugadores que han pasado por el plantel de primera. No es que hayan sido dejados de lado. Al contrario. Muchos de ellos han hecho su experiencia con los más experimentados y, de a poco, muchos de ellos van fogueándose, adquiriendo un roce. Esa es la premisa a la que apunta el gerente deportivo Maximiliano Salas y no es menor la idea de quienes manejan los destinos de la institución. Federico Costa, arquero, es también e tercero del plantel del Argentino A. Mientras, casos como el de Fabio Álvarez (hómonimo del volante) que es marcador de punta izquierdo alterna también entrenamientos con el plantel profesional. Y, hoy por hoy, los que más roce están teniendo además de Costa, son el marcador central Gastón Garro, el delantero Cristian Pavón y el volante Rodrigo Molina.

“Ojo, este grupo de chicos de 18 años le ganó a un Belgrano que es una selección del fútbol de Córdoba, con jugadores de hasta 25 años, el mérito es doble”, recalcó del Tallerito su entrenador Daniel Albornós.

Distintas edades. Talleres tiene un promedio de 18 años de edad en el plantel, contra jugadores de la B de hasta 24 ó 25.