Que sea en paz. La "T" y la "B" animan esta noche el primer clásico del año con lo mejor que tienen. Los separan dos categorías, pero los igualan pasión y la certeza de que no es un partido más.

Se podrá decir que es un “amistoso” y que lo más importante para los dos llegará con la reanudación de sus respectivas competencias oficiales. También se podrá argumentar que es un “partido de pretemporada” que sirve para ponerse a punto. Pero, íntimamente, cada uno de los protagonistas del clásico número 387 del fútbol cordobés sabe que no es un partido más y que esta noche hay que ganar.

Desde las 22.10, cuando Sergio Pezzotta ordene el comienzo del juego, una buena parte de los cordobeses, de la provincia y en la diáspora, sincronizarán sus corazones al ritmo del clásico, con picos de sístoles cuando ataque Belgrano o Talleres, dependiendo de los colores de cada pasión.

Se sabe: hay dos categorías de diferencia entre los dos. Mientras la “B” disfruta un momento excepcional en Primera, la “T” lo daría todo por salir del barro del Argentino A. Sin embargo, en los clásicos no hay divisional, ni “chapa”, ni ricos, ni pobres...

Talleres demostró estar afilado hace sólo unos días, cuando despachó sin problemas a Instituto, en el primer juego de la Copa Córdoba. Llega con más rodaje que un Belgrano recién llegado de Necochea, donde cumplió una rigurosa pretemporada, que intentará suplir esa presunta desventaja con la indudable mayor jerarquía de su plantel.

Tanto Ricardo Zielinski como Arnaldo Sialle pondrán en cancha lo mejor que tienen; signo elocuente de que no hace falta ser cordobés para saber todo lo que está en juego.