Determinante. El volante albiazul mostró su mejor versión en la goleada de la “T” a la Academia. Talleres sigue en la Copa Argentina.

Gabriel Carabajal, un nombre, una esperanza. Como Talleres. Un arranque suyo, en el lugar donde puede gravitar, es una puñalada en el rival. El nervio y su impaciencia lo ponen en caja. Ya Sialle propuso cierto equilibrio a la hora de tratarlo. “No hay que hacerle creer que es el mejor”, supo decir el que tiene que ver más allá. Del pibe y del equipo.

Anoche, por Copa Argentina, venía de una de sus peores versiones. Había sido expulsado contra Alumni (la segunda del torneo y con posible descuento de sueldo por lo infantil) y el DT le daba una nueva oportunidad para que tapara aquel error. Y así fue, el mejor Carabajal tapó al de la inexperiencia. Al del apuro. Lo que cualquier habitante del mundo Talleres debe aprender a dominar para sobrevivir.

Cuando nadie se hacía cargo del juego, y Racing ofreció la ventaja de quedarse sin Leandro Beterette, el juvenil determinó el partido e hizo suya la noche en un puñado de minutos.

A los 34 recuperó una pelota ante Jonathan Bay, a 35 metros de Fabián Campos, y levantó la cabeza como para buscar la llegada de Alexis Olivera, pero le salió directo al arco.

Enseguida le sirvió el gol a Ivo Hong y éste se lo dio a Alexis Olivera. Finalmente, le puso la redonda en la cabeza a Trulls para el 3-0 sobre Racing. En un ratito, determinó el trámite del juego y el marcador. Para Arnaldo Sialle, “Gaby” hizo “un partido aceptable; tiene que dar más”.

Academia del terror


Talleres ganó, pasó de ronda y se enfocó nuevamente en el Argentino A, ya que el domingo visitará a San Martín de Tucumán.

La goleada repercutió aún más en un Racing que pide a gritos las elecciones, que recién llegarán el domingo. Ayer fue eliminado de la Copa Argentina, llegó al clásico sin concentrar y perdió la estabilidad ante el primer revés. Todo, con el atenuante de que puso un equipo alternativo.

Su permanencia en el Argentino A sigue comprometida, tiene problemas para llegar a fin de mes, la generación del 1980 está dividida entre los que están y los que quieren entrar. Los candidatos a presidente se agravian entre sí y el titular saliente, Antonio Ruiz, pide disculpas sólo por la gestión deportiva.