Aguante y caos en la venta anticipada. Ya se cortaron unos 40 mil boletos y se estima que irán más de 50 mil personas. Ayer se agotaron las 22 mil populares y hubo incidentes en la Boutique. Hoy sale a la venta el saldo de plateas.

Fue un día largo. La vigilia lo fue. Las horas que hubo que transcurrir a la intemperie, las infusiones (un eufemismo, por si hace falta aclararlo) que hubo que tomar para engañar al frío. Un fueguito, los kilos de ropa encima, alguna piedra para sentarse. La envidia que generaban esos banquitos que habían llevado los más previsores. Todo valía para llegar a ese momento. Cuando alguien abrió la ventanilla, a las 10 de la mañana, y dijo: “Se abre la venta de generales. Que pase el primero”. O el también esperado “el siguiente por favor”.

Eran las frases esperadas, todas previas a la pronunciación de las palabras mágicas. “Ya tengo la entrada. Vamooooos al clásico”, dijeron muchos hinchas. Una especie de éxtasis; como si acabaran de hacer un gol. La alegría propia que buscó prolongarse. Muchos miraban a los fotógrafos y camarógrafos para que los retrataran en ese momento de felicidad. Ahí estaban. Laburantes y no tanto; gordos y flacos; sanos y enfermos; locos y cuerdos; ricos (varios de los que no tuvieron suerte a la hora del mangueo) y pobres; creyentes y ateos. El exagerado movimiento que produce un partido de fútbol, tipificado en la venta anticipada de populares. No es un día de partido pero parece. Todos llevaron sus 50 pesos; mientras otros con 120 pasaban más rápido para sacar una platea.

En las boleterías del Kempes o en la Boutique, lugares respectivos de venta para Belgrano y Talleres, el cuadro era imponente. De las mil que había a la madrugada pasaron a esas cinco o seis mil personas, que empezaron a descubrirse con las primeras luces del día. Parecía un día de partido. De verdad. Y todo para ser fiel al sentimiento, porque hay muchos jugadores a los que el hincha ni siquiera conoce.

El caos de siempre. Los “ya tengo mi entrada” se multiplicaron. Pero así como hay palabras soñadas, también hay de las otras. Esas que nadie quiere escuchar. Pasado el mediodía en la Boutique, vino el tan temido “no hay más populares”. La bronca se hizo presente. Esa misma que había ido aumentando por los colados, las incomodidades del caso y porque minutos antes algunos boleteros habían dicho que quedaban 1.400 populares, según contaron varios hinchas. Llegaron los incidentes, cayó parte del alambrado perimetral, algunas pedradas a la guardia de infantería, la represión policial, el desbande del resto de la gente (sobre todo por la avenida Riccheri), más piedras y botellas que volaron, algún balazo de goma al aire... El caos y las explicaciones. Alrededor de dos mil personas se quedaron sin su boleto y pasó lo que pasó. “Fue un rato. Después se retomó el control”, comentó Emeterio Farías de la Agencia Córdoba Deportes y titular de la Liga, entes organizadores del evento.

Horas después, en el Kempes, también se agotaron las entradas populares. Algunos hinchas desembolsaron los 120 pesos necesarios para comprar plateas y otros decidieron marcharse con la bronca a cuestas. “La venta se cortó a las 18. Ya se cortaron un poco más de 40 mil entradas. Creo que habrá más de 50 mil. Estaremos cerca de las 55 mil habilitadas”, dijo Farías. Desde Belgrano se informó la venta de 20.850 entradas (12.400 generales y 8.450 plateas), un número similar al que se dio a conocer en Talleres. Hoy proseguirá la venta anticipada con un saldo de 13 mil plateas. Que sea en paz.