El defensor de Talleres habla del equipo y su vuelco hacia la Biblia.

Puede olvidarse los botines. Las canilleras. Las medias. El bolso completo. Pero jamás la Biblia. La tiene con él y la lleva a todas partes. En las concentraciones y antes de jugar los partidos. Tiene un diálogo mano a mano con Jesús. Silencioso. Después, sale a la cancha a jugarse la vida. Sin medias tintas.

En esa vida está Walter Ledesma, el defensor que llegó a Talleres de la mano de José Blanco y quiere revertir la complicada situación de la T. “Todo el plantel sabe la realidad en la que estamos, sabemos que es una situación complicada pero confiamos en nuestras virtudes”, le comenta el ex Independiente Rivadavia a Día a Día.

Hoy Talleres está fuera de la clasificación en la Zona Norte del Argentino A. Lo separan cinco puntos del último que ingresaría a la siguiente fase. Pero Ledesma es pura confianza: “Los primeros partidos son fundamentales. Sabíamos que nos faltaba una buena pretemporada y estamos a full para mejorar en el aspecto físico. Además, estamos fortaleciendo otros aspectos del grupo que nos van ayudar”, agrega el rosarino.

–¿Qué deben cambiar aparte del estado físico?
–Estábamos débiles de la cabeza. Nos caíamos muy rápido en los partidos. Si nos hacen un gol, tenemos que hacer dos y así. Es algo que hablamos entre todos.

–¿Y pudiste notar cierta fortaleza en la pretemporada?
–Sí. Antes bajábamos los brazos pero en esta pretemporada vi que seguimos adelante aunque no nos salieron las cosas en algunos momentos. Es un buen síntoma del grupo y queremos afirmarlo en la cancha.

En San Jorge, la T disputó tres partidos preparatorios. Venció 2-0 a Atlético San Jorge, igualó 2-2 ante 9 de Julio de Rafaela y el mismo marcador obtuvo ante el Almirante Brown de Giunta. Al respecto, el Pelado cuenta: “De a poco agarramos el ritmo futbolístico. Estamos en una etapa donde los músculos están duros pero confiamos en llegar bien para el arranque”, expresa con optimismo.

Pero no es sólo la pelotita. Es un hombre lector de la Biblia “Siempre la leo. La llevo a la concentración y a los partidos. Soy muy creyente”, comenta y va más allá: “A veces converso con Jesús y le pido que nos de una mano. Contra Racing (clásico que ganó la T 3-2) en un momento levanté la cabeza y le dije ‘dale, ayudame’.

Llegar a Talleres no fue un paso más en su carrera. “Sabía que era un club grande pero cuando entrás te das cuenta que es gigante. Lo tomo con calma y disfruto con Sofía y Bautista (sus hijos) y Carolina (su esposa)”, concluye.

Ledesma hablan seguido con Jesús. Le pide una mano. Amén.