Sialle asume esta tarde. Ayer presenció el 0-0 ante Tiro Federal y se mostró optimista respecto al futuro deportivo de la “T”. A las 16.30 conducirá su primera práctica, en el predio del club albiazul, y el jueves dirigirá contra Libertad, en Sunchales.

En el fútbol, se sabe, hay empates de visitante que pueden interpretarse como un triunfo y otras igualdades que se asemejan demasiado a una derrota. ¿Qué sensación dejó el punto que Talleres rescató ayer en Rosario, frente a Tiro Federal?

Si se lo analiza desde la mejoría que mostró en defensa, su mayor caudal de fútbol y las numerosas situaciones de gol que creó, la perspectiva debería ser alentadora. Pero si se lo contempla de lo cerca que estuvo de conseguir su primera victoria en esa condición y que no logró por impericia, mala suerte o como se desee calificar a su déficit para concretar en la red lo mucho que generó en ofensiva, el sabor será agridulce.

Sea por lo que fuere, el nuevo DT de Talleres, Arnaldo Sialle, quien en la noche del sábado arregló con el presidente del Fondo de Inversión albiazul Rodrigo Escribano las diferencias que faltaban para asumir hoy su cargo, se fue del Fortín de barrio Ludueña con una imagen muy distinta a la que le pintaron.

“¿Te encontraste con algo bastante dis­tinto a lo que viniste a ver”?, le preguntó Mundo D. Y el ex DT de Brown de Madryn respondió: “Y sí... la verdad es que el equipo jugó muy bien, fue prolijo, tuvo juego, generó muchas situaciones de gol que por distintas razones no concretó. Debió haber ganado claramente, pero no tuvo liga. Me voy muy conforme e ilusionado”.

Volver al futuro. Cabe preguntarse, entonces, por qué el equipo reaccionó recién ayer, en un partido al que llegó con el agua al cuello, y no antes. La respuesta a esta pregunta no la tiene “Cacho” Sialle y sí los jugadores, quienes ayer, como suele suceder en estos casos, pusieron un plus que no salió a luz en otros cotejos, quizá porque el flamante conductor los estaba viendo desde un palco.

También, seguramente, porque debían responderle al entrenador interino Héctor Chazarreta, quien no le pudo ofrendar los tres puntos al flamante DT, pero lo ayudó desde otro aspecto tan importante como el numérico: Talleres ayer se vio mas confiado y restablecido desde lo anímico.

Humilde y con esa calma típica de los provincianos, el tucumano Chazarreta dijo: “Yo no le di una mano a Sialle, a quien recién conocí personalmente anoche (por el sábado). Intenté darle una mano a Talleres, que es lo que me interesa. Y los jugadores dieron las respuestas que esperaba”

Faltaba conocer la opinión de Escribano, el protagonista central de la negociación con Sialle y quien, seguramente, deberá cargar con el peso de la responsabilidad si la apuesta (hasta el final del torneo, con el mismo contrato que tenía José María Bianco en términos económicos) le sale mal, más allá de que repite con absoluta convicción, que la llegada del corpulento director técnico “fue tomada por el consenso unánime de todos los miembros del Fondo de Inversión”.

“Fuimos amplios merece­dores del triunfo. Me voy amargado porque creía que lo conseguíamos, pero otra vez nos faltó el gol. Sialle me dijo que rescató cosas muy positivas del equipo”, comentó Escribano al final del partido que completó la primera ronda de la Zona 1, en la que la “T” hoy no está entre los seis que clasificarían.

Esta tarde, en su primera práctica al frente del plantel albiazul, y el próximo jueves, en Sunchales y ante Libertad, Sialle escribirá el primer ca­pítulo de su paso por Talleres. Será el momento de verlo en acción, de analizar qué propone de distinto, en lo táctico y en lo estratégico, para sacar al equipo del pozo en el que está sumergido. El desafío, en todo caso, será que el atisbo de ilusión que comenzó a gestarse ayer y se reflejó en los rostros de los hinchas albiazules que viajaron a Rosario, no se quede en un simple amague.