En un deslucido encuentro, el Albiazul fue derrotado por San Martín 1 a 0 en la Ciudadela y se vino a Córdoba con las manos vacías.

Talleres pudo haberse ido en ventaja en el primer tiempo si el palo no se lo impedía a Claudio Riaño cuando promediaba el final de la etapa inicial.

Así fue que en un encuentro que se presentó muy trabado en la mitad, las emociones llegaron sobre el epílogo, cuando el partido se hizo de ida y vuelta llegando con posibilidades de gol ambas escuadras.

No pasó mucho hasta los 35’ minutos. Talleres nunca resignó ir al frente, con algunos intentos de sociedad entre Agustín Díaz y Emiliano Pérez y otros encuentros entre Riaño y Gianunzio.

Talleres jugó bien, fue el mejor de los dos en la primera parte y pudo haberse ido a los vestuarios con la ventaja mínima sobre San Martín.

En un segundo complemento deslucido donde se vio muy poco fútbol, Talleres pagó caro una distracción en la defensa y se quedó con las manos vacías. La perdió Pérez y Sebastián Rodríguez se anticipó entre los centrales y la metió de palomita al fondo del arco de Etulain.

A los 9’ una baja de luz, que duró 18 minutos, pareció apagar el entusiasmo de los jugadores. El encuentro se volvió aún más trabado y lento. La pelota fue de aquí para allá, casi siempre mal jugada y siempre lejos de los arcos. Sin embargo, cuando parecía que terminaría todo en empate un error defensivo le abrió el triunfo definitivo a los tucumanos.