32 años después. El equipo conducido por Heredia y Ceballos fue campeón del certamen previo al inicio del Oficial. La “T” perdió con Universitario 2-1, pero se consagró porque en la ida había ganado 2-0. La Liga pagará un premio de 30 mil pesos.

En una época de vacas flacas, en la que su gente sumó otra desilusión en el recientemente finalizado nonagonal del Argentino A, Talleres pudo gritar campeón al ganar por mejor diferencia de gol (3 a 2) la final del Torneo Preparación de la Liga, pese a perder ayer en el cotejo de vuelta con Universitario 2 a 1.

La victoria del “Tallerito” en el juego de ida por 2 a 0 le dio la exigua diferencia al conjunto dirigido por la dupla Víctor Heredia-Julio Ceballos para quedarse con el título.

A Universitario le faltó un gol para por lo menos forzar la definición de la final a los penales, pero le sobraron dignidad y orgullo deportivo en el intento de conseguir su objetivo, aún después de encontrarse en desventaja a los tres minutos de juego, cuando una perfecta habilitación de Claudio Castro a Paul Pedernera le permitió al volante externo por la izquierda albiazul enviar un centro perfecto que aprovechó José Zenón para anotar el gol albiazul.

Hasta el más optimista de los bulliciosos hinchas estudiosos que estaban en la Boutique pareció quebrado con ese golpe mortal a las ilusiones de dar vuelta la historia, pero los 11 que puso José Luis Pochettino en la cancha se encargaron de devolverles la fe.

Cinco minutos después del “arrebato” albiazul, Universitario comenzó a utilizar el arma que le daría los frutos de la victoria y el merecido aunque insuficiente resultado final: los centros al área de Federico Costa. Claro que para eso tuvo un protagonista excluyente, Juan Gil, que con su excelente pegada llevó con cada pelota el peligro al arco local.

A los 8 minutos, un centro de Gil le permitió a Germán Marcora devolverla cerca del punto penal para que Pablo Flores la pusiera junto al palo derecho de Costa y a los 36 minutos a otro envío aéreo de Gil lo aprovechó Manuel Leiva, que se la bajó a Marcora para que anotara el 2-1.

Talleres no tuvo las libertades con las que se encontró en el partido de ida y que le permitieron aquella ventaja. Universitario le achicó los espacios; le desconectó los circuitos futbolísticos, sobre todo entre Carabajal y Miño, y el trabajo de Claudio Castro y Paul Pedernera ya no fue suficiente.

Pese a quedar con un hombre menos, Universitario creyó en el milagro del tercer gol y a punto estuvo de lograrlo cuando a otro tiro libre de Gil, Iván García lo cabeceó arriba casi sobre el final, pero se encontró con un Talleres que defendió hasta el último pitazo de Juan Pablo González la ventaja que le permitió conseguir otro título en la Liga Cordobesa, que le era esquivo desde 1979. Así “la T” ganó los 30 mil pesos de premio de la Liga, los que se invertirían en el predio.