Sebastián Navarro no sale de su asombro por los elogios recibidos por parte del hincha de Talleres. Reconoce el paso en falso por no ascender directamente, pero sueña con la Promoción: “No está dicha la última palabra”, exclamó el volante.

“Olé, olé, olé, olé, Seba, Seba”. No puede evitar sonreír al recordar ese zumbido en sus oídos, esos elogios que el hincha, de manera selectiva, le dedica a los que mejor defendieron la camiseta de Talleres. Sebastián Navarro parece despertarse de un sueño. Los ojos se le nublan por un instante. El volante dejó de ser juvenil para ser realidad. Así vive su maduración en el albiazul. Fue figura y pieza fundamental en la goleada ante Libertad de Sunchales, y desde la tribuna, la multitud lo aclamó y premió. “Es un orgullo, un placer, y la verdad, no caigo. Es la primera vez que me voy al vestuario ovacionado. Nunca lo imaginé. Me pone feliz, uno sueña con esos momentos, y cuando se cristalizan, y llegan, es una satisfacción enorme”, contó el mediocampista.

A remarla. Navarro es oriundo de la ciudad sureña de El Bolsón (Río Negro). Llegó a Talleres hace seis años y es su segunda temporada con el plantel superior. La campaña pasada se erigió como una de las figuras, y al inicio de la actual, perdió lugar y preponderancia, en una posición superpoblada en Talleres: compite la titularidad con Emiliano Gianunzio, Miguel Monay, Nery Leyes, e incluso Fabio Pieters jugó algunos partidos en esa función. Pero actualmente, es uno de los inamovibles, a base de rendimientos se ganó su lugar y ante Libertad tuvo una tarde soñada, anotando el primer gol en su carrera. “Fue hermoso, lo venía buscando y al final se me dio. Estoy en este club desde chico y venía imaginando como sería la primera vez. Fue el cuarto de la goleada, no fue definitivo pero lo tomo como un premio para mí mismo, por tanto esfuerzo. Es hermoso que la gente sepa reconocerte el sacrificio que venís haciendo”.

- ¿Cómo tomás el hecho de pelear ahora por la Promoción?
- Con un sabor muy amargo, nosotros nos preparamos para otra cosa. Pero de ahora en más tenemos que olvidar ese mal trago. La camiseta de Talleres nos exige pelear por algo, ser protagonistas. Quiero mucho a este club y me duele este presente.

- ¿De qué manera van a encarar lo que viene?
- Con todo el compromiso. Son todas finales. No tenemos que perder el ritmo. La goleada fue producto de un trabajo en conjunto, más allá de mi rendimiento. Talleres tiene mucho más para dar. Pero la historia no termina acá, no está dicha la última palabra.

- ¿Y los cuestionamientos del hincha, los insultos a algunos jugadores?
- Los reclamos son entendibles, pero la verdad, no vi las banderas esas que todos los medios resaltan, porque estuve metido cien por ciento en el partido. Tampoco escuché los silbidos, uno en la cancha se potencia para jugar. Lógicamente, a nadie le gusta que lo insulten, pero el grupo está bien, nos damos apoyo y solidaridad, entre todos.