Ayer el Fondo de Inversión mantuvo dos reuniones, en busca de consenso para diagramar el Talleres que se viene. Hubo calentura, consenso y necesidad de respaldar al proyecto.

Fue una jornada de lamentos, catarsis, y de borrón y cuenta nueva. La virtual eliminación de Talleres por el ascenso directo y el horizonte complicado hicieron mella en el ánimo del Fondo de Inversión, motivando a que se realizaran dos reuniones, en busca de encontrar equilibrio y mesura en un contexto en llamas. La primera se realizó entre todo el personal que compone la directiva, entre integrantes de la Fundación Azul y Blanco, gerentes del Fondo, y otros asesores y auxiliares. Y el otro cónclave, fue entre la “mesa chica”. La derrota y los rumores siempre toman preponderancia cada vez que Talleres pierde, y en este caso no hubo excepciones.

Objetivos. “No fue una reunión ordinaria, tampoco en carácter de urgencia, pero necesitábamos llevarla a cabo cuanto antes. Simplemente nos juntamos para reafirmar objetivos trazados, analizar el momento, hacer nuestro desahogo y catarsis del momento. Hay que trabajar más que nunca, no es momento de culpar a nadie sino de estar unidos. Mientras haya chances de ascenso, no vamos a bajar los brazos, es tiempo de levantarse”, contestó Rodrigo Escribano, titular del Fondo de Inversión. Precisamente, uno de los puntos que se tocaron en la charla fue la necesidad de unificar el discurso y evitar declaraciones ambivalentes. ¿Será por eso que hubo críticas a los comentarios y la forma de presionar de algunos directivos por los medios? “Vamos a luchar hasta el final, mientras haya esperanza”, agregó Salum.

Presupuesto. Otro tema que se tocó es la cuestión presupuestaria. Pese a que Talleres goza de buen salud en la faceta económica, y no habría desfasajes, sin dudas la recaudación será considerablemente inferior en los dos partidos que restan del Nonagonal, con relación a la convocatoria con un equipo protagonista. “Es lógico que la fiebre del hincha se pierda por unos partidos. Si no se asciende directamente, habrá que disputar más partidos, más viajes y demás situaciones que provienen de las series a eliminación directa. Estamos analizando todos los escenarios posibles”, contestó Alberto Escalante. Y pensar que cerca estuvo de plasmarse el proyecto de colocar tubulares en barrio Jardín para incrementar el número de hinchas...

Proyecto. Pese a que hubo discusiones y disenso como en todo diálogo, se centró además la doctrina de mantener el proyecto, pese al duro golpe que puede significar la no obtención del ascenso. “El proyecto de recuperación del club está funcionando. Sabemos que el hincha mira la faceta deportiva pero esto no termina todo en junio. El Fondo tiene compromiso por tres años”, contestó Escalante. “No hay tiempo para lamentos, hay que seguir trabajando”.

Talleres arde, pero es tiempo de mantener la cordura. Así lo entiende el Fondo, en medio de un ambiente hostil, resignación, consuelo y desconsuelo. Todo eso convive en barrio Jardín.