Hubo caras felices y mucho optimismo. Pese al triunfo, los jugadores eligieron la mesura. “Los delanteros venimos bien”, dijo el autor del 2-0.

La música no estaba tan fuerte como otras veces. Apenas algún grito que traspasaba la puerta metálica del vestuario de Talleres. De a poco, con el semblante en alto de aquellos que ganan una batalla, fueron saliendo uno a uno los futbolistas. Todavía con la frente brillosa por el vapor de la ducha, Claudio Riaño dejaba los primeros conceptos del triunfo.

“Es importante la victoria porque seguimos en la punta de nuestra zona. El equipo jugó un buen partido y demostramos que seguimos en crecimiento”, sostuvo con una sonrisa que le ocupaba todo el rostro. “Concretamos las situaciones que tuvimos y, defensivamente, no tuvimos fisuras”, argumentó el rubio que había convertido ante Desamparados, en San Juan.

Sobre su gol, contó: “Sacripanti me dijo después del partido que me buscó a mí. El arquero se anticipó, dio rebote y la pude empujar. Ahora Arzubialde tiene un lindo problema porque varios delanteros estamos en un buen momento y eso es bueno para el técnico también”, pero ahí nomás volvió a ponderar el juego colectivo: “Golpeamos en los momentos justos, cuando tuvimos que jugar lo hicimos. Fue un partido muy maduro e inteligente por parte del equipo”, cerró Riaño.

Al rato, apareció el otro goleador de la tarde. El Loco Sacripanti escondía detrás de esa barba al ras una gran felicidad.

“Estamos en el camino correcto y vienen partidos difíciles. Estamos muy contentos pero no nos podemos relajar, ahora hay que jugar en Río Cuarto, una cancha que conocemos del pentagonal y que es brava”. Y siguió hablando del cotejo ante el Cruzado mendocino. “Estamos encontrando regularidad en todas las líneas. Y fue fundamental marcar el gol desde el inicio. Fue un golpe que nos ayudó a serenarnos para manejar el resto del partido”.

Cuando Lisa convirtió el penal, se lo dedicó a un señor que trabaja como control en el Estadio Córdoba. “Siempre me dice que voy a convertir. Yo le digo el Gordo. Se lo dediqué porque también se lo merece, siempre me tira buena onda y es un trabajador que se sacrifica. De alguna manera, él representa a muchos hinchas de Talleres”, se sinceró el ex Newell’s.

Además, Guillermo Cosaro, autor del primer gol, también dejó sus sensaciones en vestuarios. “Es una alegría muy grande convertir. Es algo que en lo personal, no se me da todos los días, je, je. Así que hay que disfrutarlo pero no perder la cabeza. Lo mejor fue la entrega del equipo y el funcionamiento”.

Luego Héctor Arzubialde analizó la victoria. “La figura fue el equipo. Se dijeron muchas cosas pero el fútbol tiene sus vueltas. La idea es tener el equilibrio en la derrota y la humildad en la victoria”, cerró.