Ganó Talleres. En San Juan, la T rompió uno de sus karmas: el de ganar de visitante. En el Grupo 2 del Argentino A, el equipo de Arzubialde bajó al puntero y ahora enfrentará a Alumni.

La tempestad ha sido y es el hábitat de un Talleres que pena en la tercera categoría. Y que rejunta el polvillo de sus miserias tratando de reconstruir un nuevo mundo sobre el que hoy camina devastado. Es una exageración expresarlo así bajo un manojo de palabras crudas y ciertas que molestan recurrentemente. Pero, tomando como parámetro su historia reciente, es la verdad, la pura verdad.

La única certeza que da el fondo del mar es que para no ahogarse la única salida es hacia arriba. Y Talleres quiere comenzar a subir.

La victoria de ayer en San Juan, ante Desamparados por 2-0 fue una muestra de eso que todos quieren: subir. Y el viento cuyano de los andes trajo esas coplas, nuevas, de la que todos quieren apropiarse para sostenerse en una consistencia que está en vías de recuperación.

La T va de menor a mayor. Arrancó con un tibio empate ante Racing, luego perdió en San Francisco jugando mal y el domingo pasado había vencido a Juventud Unida aún con muchas deudas pendientes en su juego.

Pero el de ayer avizoró, sin muchos destellos, que hubo un equipo al menos con garra, aguante y un poco más de ideas. Se arrastró poco, voló un par de veces e hizo vista en un par de bombazos. La seguridad del arquero Federico Crivelli fue uno de los pilares principales del equipo y eso conspiró contra las leves posibilidades que tuvo el dueño de casa.

“Hicimos un buen partido y terminamos sufriendo más de la cuenta, pero por suerte pudimos sumar tres puntos fuera de casa”, rescató el 1 de la T.

Cuando el fútbol falta... Sí, lo sintetiza muy bien el análisis del entrenador: “Uno tiene que respaldar con lo que haga de tres cuartos de cancha para atrás a los que tienen que encargarse de resolver de tres cuartos de cancha hacia adelante”. Por sí sola, la falta de juego y de ideas se suple a veces con la entrega, con la pelea y con saberse defender. Talleres dio una estocada a los 36 minutos del primer tiempo por el gol de Víctor Cejas y pudo sostenerse férreamente para aguantar el embate del dueño de casa y aprovechar el flanco para liquidarlo. El volante por derecha aportó marca y juego ofensivo en las pocas veces que la T tuvo espacios y circuito de fútbol hacia el arco de Aguiar. “Estoy muy contento por todo. El equipo, hay que ser sinceros, tuvo momentos. Después manejamos la pelota por abajo y funcionó mejor. Creo que ganamos bien”, declaró y dio un mensaje más allá: “Tengo tranquilidad porque uno va haciendo cosas y demostrando para qué lo trajeron. Hicimos un muy buen primer tiempo y en el segundo nos costó un poco más. Los partidos nos van a ir dando confianza y conocimiento del grupo. Lo bueno es que uno siempre intenta de buena manera”.

Hay que reconocer que esta vez el fondo anduvo mucho mejor que lo que venía jugando. Gabriel Ruiz, por la derecha; la dupla con Ribonetto y Rezzónico más el sacrificio de Ricardo Marín, mostró estabilidad que no se le había visto antes. Sobre todo, aunque aún le falta más en lo físico, se destaca el buen trabajo de Rezzónico, un jugador que llegó en silencio, que jugó por la lesión de un compañero, pero que va ganando la consideración del entrenador. “Estoy contento. La mejor manera de consolidarse en el puesto no es solo jugar bien, sino que el equipo colectivamente responda. Quizás nos replegamos demás en los últimos 20 minutos. Jugamos un partido importante”, sintetizó el defensor.

Para la T sopló un viento nuevo. Al menos todos lo sintieron así. Ganar como se ganó también es una variable para empezar a escuchar otras coplas que sean más agradables al oído del hincha.

Federico Crivelli. No tuvo muchas intervenciones, pero en las pocas y peligrosas respondió. Clave en el ST.

Juan Pablo Rezzónicco. El zaguero se acopló bien al juego de Ribonetto. Sacrificio y entrega para un juego chivo.

Víctor Cejas. El volante hizo el primer gol y cedió el balón para el segundo. Aportó marca también.Rezzónico lo resume: “La mejor manera de consolidarse en el puesto no es sólo jugar bien, sino que el equipo colectivamente responda”.