El refuerzo del Albo estuvo en la Boutique. Sueña con dirigir a Talleres y le tiene fe a Juniors para el Argentino B.

¿Quién dijo que los lugares mueren cuando no se los visita? Pese a que el tiempo se encargue de borrar los detalles, lo trascendente queda ahí, para siempre. Y Julián Maidana lo sabe. Ayer volvió a caminar por los pasillos de la Boutique, conversó con viejos recuerdos. Sabe que alguna vez volverá. Quizá porque los amores verdaderos no tienen despedida.

Pero el presente lo tiene en Juniors. Después de negociar su llegada a la entidad poeta, el marcador central le cuenta a Día a Día su aventura de seguir jugando. Había elegido Atlético Ascasubi (de la Liga Riotercerense) para sacarse las últimas ganas y, sin embargo, tentado por Sergio González y Ricardo Rentera jugará el Argentino B. “Me llamó el Rulito González, hablé con el Negro Rentera y me fueron convenciendo. Yo disfruto del hecho de estar en una cancha, de respirar lo que sucede dentro de un vestuario y la paso muy bien”, cuenta enfundado en una bufanda de vivos violetas y algún blanco, con una barba al ras.

No es una tarde más. Julián está en una Boutique que vuelve a dibujarle viejos tiempos. Las paredes agrietadas desnudan sensaciones del futbolista. “Es fuerte volver a este lugar. Uno tiene muchos recuerdos, gente conocida y sobre todo, el cariño de la gente que siempre me lo manifiesta”. Su voz gruesa se adelgaza. Levanta la cabeza mirando la tribuna y dispara: “Yo quería tener el gusto de terminar mi carrera en Talleres. Ernesto Salum me dijo que no y lógicamente me dolió. Uno acá vivió cosas muy intensas, pasé momentos feos pero los lindos fueron más. Jugar copas internacionales, salir campeones de la Conmebol son situaciones grosas que te marcan para siempre”.

Sin embargo, el presente de Maidana está en Juniors. “Representa un desafío porque el Argentino B es muy duro. Tenés que luchar contra los árbitros, los viajes, las concentraciones; son todas cositas que había dejado de vivir. Pero estoy con ganas y el grupo me recibió bien. Son muchos pibes que me tienen como un viejo y tienen razón, je, je. Ojalá pueda aportar mi experiencia para hacer bien las cosas y tratar de alcanzar logros aquí”, sostiene serio, mientras levanta la mano para saludar a un hincha tallarín que se le acerca.

“¿Ves por qué es tan fuerte Talleres?”, arremete y sus ojos, camuflados en unas gafas oscuras, son usurpados por la emoción.

Su futuro. A sus 38 años, Maidana sigue dando batalla. Todavía no es el momento de decir adiós. Sobre qué lo mantiene dentro de la actividad, explica: “El apoyo de la familia es fundamental para que uno continúe. Ellos son los que soportan que uno pueda estar poco tiempo en casa. Yo le dije a Jorge (Zamar, presidente de Juniors) que cuando sienta que no tenga más ganas o vea que perjudico a mis compañeros, me voy”.

Desde el principio de la charla, Julián usa la primera persona cuando habla de Talleres. A pesar de que no juega ahí, quiere su futuro cerca de la T. “Ojalá alguna vez sea el técnico de Talleres. Es uno de mis sueños y para lo que me preparo haciendo el curso de técnico. Talleres es un amor al que voy a volver como técnico, no tengo dudas”.

Julián volvió a la Boutique. Sabe que tiene algo pendiente con Talleres. Él no se ha ido.