El entrenador Héctor Arzubialde corrió como loco al borde del campo. Y se sacó un mochilón. Porque después de perder por 2-0 y terminar ganándolo por penales fue un premiazo grande para un Talleres que no jugó demasiado bien como para quedarse con todo. "Hoy, el de arriba premió el esfuerzo de los jugadores de Talleres. Vale en lo anímico y nos sumó algunos minutos de fútbol, nada más que eso. Estamos en una etapa totalmente diferente. La realidad, para nosotros empieza el 28 o el 22 de agosto y ahí ya no va a haber excusa, ni atenuantes y vamos a llegar bien", señaló el entrenador.