Ese será el nombre que llevara el futuro fondo de inversión que solventará la campaña y los refuerzos de la entidad albiazul. Hoy se presentará ante el juez y mañana o el lunes será legitimado.

El fondo de inversión en Talleres está al caer. Después de muchas reuniones, borradores y correcciones, hoy será presentado en el despacho del juez de la causa, Saúl Silvestre, el proyecto final, que contará con empresarios locales como financistas. El nombre de la sociedad anónima será Asociación Talleres de Córdoba.

La inversión inicial será de cuatro millones de pesos en el primer año de los tres que abarca el proyecto, de los cuales un 70 por ciento se destinará a la conformación del plantel profesional y gastos operativos, mientras que el 30 restante será para las divisiones menores. A la cabeza de la iniciativa figuran el ex presidente Miguel Srur con el empresario Aldo Roggio, aunque las caras visibles serán los ex directivos Ernesto Salum y Alberto Escalante.

Además, se creó el departamento fútbol, en el que tendrán injerencias Salum, Escalante, y el asesor deportivo del fideicomiso Víctor Binello, junto al DT Andrés Rebottaro. No hay, hasta el momento, programada ninguna participación del órgano fiduciario en el proyecto, aunque vale aclarar que de la mano del fideicomiso llegó el primer y único refuerzo del albiazul, el defensor Juan Pablo Rezzónico.

El lunes pasado existió el último cónclave entre las partes interesadas y el magistrado, donde solo quedaba por resolver los porcentajes a repartir en caso de que un jugador sea transferido. Las garantías ya fueron presentadas y rubricadas formalmente.

¿Y la deuda? Talleres tiene un pasivo estimado en 26 millones de pesos, aunque el juez manifestó que con los créditos a cobrarle al empresario Jorge Petrone (cerca de 12 millones de pesos de acuerdo a las últimas sentencias) y con la posibilidad concreta de poner en garantía 12 hectáreas del predio (este punto fue cuestionado por algunos integrantes del fondo), no habría apuros en lo inmediato ni riesgos de liquidación. Vale aclarar que la deuda podría crecer en poco más de dos millones, ya que todavía no hubo resolución a los despidos injustificados que ocurrieron en la gestión de Ateliers.

Sin lucro. Algunos ex directivos que componen el fondo se encargaron de notificar de que no se trata de un “gerenciamiento encubierto”, aduciendo que las regalías o excedentes que se puedan generar se donarán en infraestructura y en aportes a la quiebra.

En principio, la Fundación Azul y Blanco seguiría existiendo, pese a la salida de Salum, por lo que su labor se limitaría a la colaboración en las obras del predio y del deporte amateur.