Sebastián Navarro, la figura de Talleres en el clásico ante Racing, disfruta de su presente. Como juvenil debió superar varios inconvenientes en la cantera albiazul, pero su sacrificio tiene premio.

Es claro, sabe manejar la pelota y posee conceptos futboleros a la hora de hacer circular el balón. Son algunas de las virtudes de Sebastián Navarro, quien en base a esas características se ganó un lugar en el mediocampo de Talleres. El talentoso volante llegó hace ocho años al club y el año pasado estuvo a punto de dejar barrio Jardín, tras sufrir miles de desventuras en las divisiones formativas. Disfruta del presente y “humildemente”, anhela “jugar todos los partidos”.

En diálogo con LA MAÑANA el mediocampista oriundo de El Bolsón, Río Negro, comentó que “desde los 14 años que estoy en las inferiores de Talleres y ahora disfruto de estar jugando en Primera y más en este club”. En julio de 2009 este diario publicó la complicada historia de Navarro en las inferiores albiazules. En la serie de notas “La vida de las promesas” se remarcó que el volante pasó por lesiones, varias pensiones y por todos los procesos del club (Carlos Dossetti, Los Notables, Carlos Granero, Carlos Ahumada y ahora con la Fundación Azul y Blanco). En consecuencia, la presión para él pasa por otro lado. “Siempre soñé con jugar estos partidos. No tengo presión. Ahora quiero jugar todos los partidos y mantener una regularidad”, afirma, confiado.

Corrían 34 minutos del segundo tiempo del clásico Racing-Talleres, los dirigidos por Andrés Rebottaro armaron un contragolpe rápido y preciso, y en el momento del toque final el remate de Navarro pasó muy cerca del travesaño. “Hubiese sido lindo marcar. Lo sueño todos los días al gol con esta camiseta en Primera. Esta vez no se me dio, pasó cerquita”, contó el rionegrino, que también analizó la victoria y explicó: “Miguel (Monay) es un jugador muy importante dentro del equipo y nos costó cuando salió. Pero lo pudimos reemplazar. Nos falta corregir cosas, capaz que al tomar las marcas nos falta; aunque son los primeros partidos y a medida que pasen los juegos vamos a mejorar. Ahora estamos felices porque queríamos ganar este partido y se logró”.

Finalmente, el volante que estuvo a punto de actuar en Desamparados de San Juan a mediados del año pasado, contó que prefiere jugar como único mediocampista central, como lo hizo en el complemento del clásico. “Siempre jugué como único cinco, me gusta hacerlo solo. Pero con Miguel (Monay) o (Cristian) Basualdo también es importante porque te enseñan, tienen experiencia”, cerró.