El “Colorado” todavía no cerró su contrato con el fideicomiso. Hubo avances en su arreglo privado, aunque aún hay diferencias.

Talleres ganó el domingo, pero la incertidumbre igual reina en barrio Jardín. Apenas van dos semanas desde que el fideicomiso y la Fundación Azul y Blanco asumieron el comando del club, y más allá de haber acordado con el plantel el respeto de los contratos privados firmados con Ateliers, la situación de Federico Lussenhoff genera intriga. Ayer el defensor no estuvo en la práctica, aunque aducen que estaba contemplado que viajara a Buenos Aires a realizar trámites, pero todavía le resta un cónclave crucial.

¿A qué se debe tanto misterio? Sabido es que el “Colorado” era el más cercano al ex gerenciador Carlos Ahumada, y que su convenio en blanco no es oneroso, en relación a de las campañas anteriores en la B Nacional. Pero no hay constancias del acuerdo privado. Ahí radica el problema. Por más que haya mostrado voluntad de negociar (sigue la promesa del partido de despedida), existieron diferencias en lo que ofreció una parte y la que solicita la otra. Incluso versiones dan cuenta que el capitán albiazul habría elevado sus pretensiones económicas. Y no en los mejores términos.

Por eso, queda una reunión pendiente para llegar a buen puerto, pero en el contexto de Talleres, no sería descabellado pensar que Lussenhoff esté a desgano, y su ausencia ayer alimentó esa premisa. Por su parte, el DT Roberto Saporiti llegó anoche a Córdoba y habría acuerdo para que siga.

Revés a Tale. La Fiscalía de Instrucción Penal, en la Cámara de Acusación en donde se tramita la absolución del juez Carlos Tale (por las denuncias realizadas por Miguel Srur y Edigio Heyd) resolvió mantener el recurso planteado por los querellantes. Eso significa que la causa sigue abierta y el sobreseimiento de Tale no está firme.

Vuelve Quiroga. El fideicomiso intimó a que el volante Matías Quiroga se reincorpore a Talleres, ya que no prosperó su llegada a Newell’s.