Carlos Ahumada presentó como nuevo refuerzo de Talleres a Luis Salmerón, quien en la semana había firmado para Universidad Católica de Chile. Desde el club trasandino aseguran que “el Pupi” se tiene que reintegrar a los entrenamientos. Mientras, el jugador lució contrariado en la conferencia de prensa, muy lejos de la alegría que suele reinar en estas presentaciones.

"¿Que Salmerón está en Chile? Te puedo asegurar que para cuando inicie el Torneo Argentino A, será comprado por Talleres". El martes pasado, minutos después de haber regresado a Córdoba para tomar el timón de un Talleres a la deriva, el gerenciador Carlos Ahumada declaraba algo que pocos creyeron.

Primero porque el empresario contradecía su frase preferida. Aquel "hechos, no palabras" había sufrido una alteración. Y segundo, porque ese mismo día y a la misma hora, el propio "Pupi" posaba con la camiseta de la Universidad Católica y decía: "Quiero ser el nuevo ‘Beto’ Acosta". Ahumada insistió con la vuelta de Salmerón un día después cuando Roberto Saporiti había amagado con renunciar si no le traía los jugadores para formar un equipo competitivo.

Pero en el mundo Talleres todo es posible y ayer a la tarde, en la sede albiazul, el gerenciador confirmó la continuidad de Salmerón, a quien sentó a su derecha para la confirmación.

La noticia generó un impacto que alegró a los hinchas de Talleres y cruzó la Cordillera (ver Salmerón es de...) para generar estupor en la Universidad Católica de Chile.

Ahumada abrió la conferencia y dijo: "No perdía las esperanzas de que Salmerón estuviera con nosotros. Hemos arreglado la situación contractual. El lunes se hará el depósito judicial en el Juzgado para completar el pago del pase a Ferro". ¿Y Salmerón? Ahí estaba, tratando de hacer un esfuerzo para disimular su cara de pocos amigos. La alegría, esa que mostró en las fotos en Chile, no apareció en su rostro.

"Hay muchas sorpresas en el fútbol, pero esperemos que todo se resuelva lo más rápido posible así el martes estoy entrenando con Talleres", sostuvo "el Pupi".

–¿Pero vas a jugar en Talleres?
–Obvio. Por eso me puse de acuerdo. Nunca me fui. Sólo de vacaciones. Falta que Ferro acepte así el martes estoy de vuelta para entrenar en Talleres.

El goleador estaba tensionado y en algunas respuestas fue cortante. Especialmente cuando se le preguntó por la Católica "Estamos hablando de Talleres. ¿Que me están esperando? Deciles que después hablamos" y la conferencia se cerró instantes después.

Al final, Ahumada y Salmerón se volvieron a reunir. El propio jugador se negó a posar con Ahumada, quien le pidió que se lo explicara a un fotógrafo. Luego, Salmerón y su padre se fueron a Buenos Aires (no se descarta que pasen por Chile), con extremada seriedad. Ahumada se fue después, también a Buenos Aires, pero alegre por la movida que había generado.

¿Y la cuestión formal?
Para que la operación sea oficial, restan varios puntos. Que el fideicomiso de Ferro apruebe la compra del 60 por ciento del pase de Salmerón (tres cuotas de 125 mil dólares, la primera a pagarse el lunes), lo que le dará a Ahumada el total de la ficha. Luego, el jugador deberá firmar su contrato con el fideicomiso de Talleres, igual que el resto de los refuerzos, lo que aún no sucedió. Dar el alta a esos vínculos también significaría darle vigencia a un contrato con la gerenciadora, algo que el juez Tale considera terminado desde el 30 de junio.