El Talleres protagonista que requería la circunstancia sólo apareció durante los primeros 27 minutos del partido. Después, superado por su rival y con falencias para generar juego, el equipo albiazul no volvió a hacer pie en el partido. Tanto fue así, que su arquero, Valentín Brasca, terminó siendo una de las figuras de la cancha.

Si ellos funcionan... Lo mejor de la "T" se vio cuando se juntaron Zermattén y Godoy. De esa sociedad, y de los desbordes de Quiroga y Fernandes Francou, llegaron las situaciones de peligro, que fueron al menos siete.

Cambio de mando. Cuando Godoy fue absorbido por las marcas, Quiroga se preocupó más por Soto Torres que por desbordar y la dupla Basualdo-Zermattén dejó de ser el equilibrio, los volantes locales tomaron el control del juego y la CAI complicó atacando por los costados.

Sin ideas. Los ingresos de Moreira y Pereyra fueron un soplo de aire fresco para el ataque albiazul. Pero el esfuerzo de los pibes, ya con Zermattén como enganche, no alcanzó para disimular la falta de claridad.