El magistrado dijo que el gerenciamiento no cumplió con la generación de recursos para pagar a los acreedores y calificó de “nefastas” a las gestiones de Ahumada y Granero. Adelantó que si Talleres desciende, podría administrarlo sin concesionarlo.

A fines de junio no solamente se definirá la suerte deportiva de Talleres, sino también cómo continuará su administración. Es que ayer el juez Carlos Tale le dijo a LA VOZ DEL INTERIOR que el gerenciamiento de Carlos Ahumada vence el 30 de junio. Y de sus palabras se desprende que hay pocas posibilidades de que se le renueve el contrato de concesión, independientemente de un fallo de la Cámara de Apelaciones sobre un pedido de prórroga denegado por Tale y que Ahumada recurrió.

Antes de hablar del futuro del club, Tale se pronunció sobre su sobreseimiento de la denuncia de los "notables" y del grupo "La Causa" por su actuación en la licitación del club. "Agradezco el trato recibido. No ha de ser fácil litigar a un colega. Evidentemente es un problema menos. Agradezco a mi abogado Juan Fernández Alé y al juzgado de control de la doctora Lucero Offredi. Tengo la tranquilidad de conciencia de no haber hecho mal las cosas. Mucho menos actuado dolosamente", dijo.

–¿Cuándo termina la concesión de Ateliers?
–La concesión de Ateliers, de acuerdo al contrato, termina el 30 de junio de este año.

–¿La decisión estará determinada por el resultado deportivo?
–No. Más allá del contrato, lo que nos dice la ley a los jueces es que tenemos que hacer lo imposible por la recuperación de la entidad deportiva, con el pago de la deuda con los acreedores. Usted puede tener un excelente resultado deportivo, pero si no hay generación de recursos, lo que la ley pide no se da.

–En el pliego no se especifica quién define la continuidad de la concesión. ¿Es el juez, el fideicomiso o la gerenciadora misma?
–El planteo de fondo puede tener argumentos de opinabilidad. Pero hay una cuestión muy clara. Si la gestión del fideicomiso, a lo que le agregamos la figura del concesionario, es eficiente en el sentido de lograr mantener la actividad, pero generando recursos, es una historia. Si no hay generación de recursos genuinos, la ley dice que no podemos seguir con el camino que venimos llevando. Para el caso Talleres no hay generación de recursos.

–¿El fallo de la Cámara tendrá efectos suspensivos sobre la resolución de continuidad?
–No. Son dos cosas distintas. Una cosa es la evaluación sobre la eficacia del fideicomiso con la contratación de un concesionario y otra la solicitud de Ateliers. Lo que pidió Ateliers, la prórroga por dos períodos más, es excepcional, no está en la ley. Uno tiene que buscar lo beneficioso para el club. Para semejante cosa, había que mejorar muchos aspectos del contrato. Ahumada pretendió la continuación con el contrato actual, el que caduca el 30 de junio. No se cruza la decisión de la Cámara con la del juez, sobre la continuidad de esta gestión. Cuando hay conflicto, pero ya no tiene sentido, solemos decir que la cuestión ha quedado abstracta. Hablar a un mes del vencimiento del contrato, que es el momento en que el tribunal tiene que ver si ha sido exitosa o no la gestión del fideicomiso con contratación del concesionario, el fallo sobre un pedido anticipado se ha tornado abstracto. No tiene influencia de la decisión del juez del 30 de junio.

–Entonces, ¿cómo seguirá la administración de Talleres?
–Influirá el resultado deportivo. No es lo mismo un Talleres en la B Nacional con un presupuesto mensual mínimo de 250 mil pesos que un equipo en el Argentino A, con menos ingresos, aunque sus costos sean más susceptibles de ser soportados y para poder arrancar desde abajo. Parecería que si se está en Primera B Nacional y no tenemos quién pretenda hacerse cargo de la gestión deportiva entraríamos en la peor de las hipótesis posibles, que sería la desaparición institucional de Talleres. Para el caso del Argentino A, quizá hablaríamos de una continuidad del fideicomiso y sin concesión. Con la venta del predio, se destinará un parte menor para financiar lo deportivo. Lo tenemos en mente. Si hay un inversor, las cláusulas no tendrán nada que ver, luego de esta experiencia, del fracaso, del modo cómo se otorgó la concesión.

–Si el club se concesiona, cambiará el pliego...
–Al margen de un canon mayor, el aseguramiento de consecuencias de actitudes. Se echan técnicos y auxiliares y la responsabilidad solidaria es de la quiebra. Nos quedamos cortos con el seguro de caución del concesionario. La venta de jugadores...

–¿Y la incorporación de foráneos? ¿El pliego los reducía para que jugaran los pibes y el promedio era de 17 refuerzos?
–Se dio por una brecha generacional, generada por la venta masiva, y sin patrón razonable antes de la quiebra, de jugadores valiosos. Se vació el semillero. Y hubo una brecha generacional. Eran muy pibes para jugar la B Nacional. Fue necesario.

–Después de la quiebra también se fueron Mustafá, Favalli, Perrone, Pastore... ¿No hará falta un idóneo deportivo que evite eso?
–Lo vamos a hablar. Este punto se nos estaba escapando. Más allá de las cuestiones pendientes que tenemos, no lo hemos subestimado.

El imperio romano y Jesucristo

El juez Tale ya habló en otras oportunidades del riesgo de que el club sea liquidado si no se paga la deuda en 2014. Ayer fue más duro.

"La prioridad es el salvataje y su normalización y el pago de la deuda. La posición de Talleres, ya sea en Primera B o en el Argentino A, tiene que quedar postergada. Primero hay que pagar y renacer con fuerza para llegar a la normalidad institucional con un club sano desde sus orígenes y con un semillero en crecimiento", afirmó Tale.

"No es mi afán ser odioso. Pero si el Imperio Romano cayó, si a Jesucristo lo mataron, Talleres puede desaparecer también. Seamos realistas. Entre desaparecer y aceptar jugar en una división inferior, la segunda es una opción", ilustró el juez que está a cargo de la quiebra.