Saporiti ayer dirigió su primera práctica, y puso de relieve el anhelo de terminar su carrera en barrio Jardín. “Acá empecé y me formé como entrenador”, dijo “Sapo”.

Fue el primero en llegar al entrenamiento. Por más que conozca el recinto de la Boutique casi como la palma de su mano (es su quinto ciclo al frente de Talleres), Roberto Saporiti se sigue asombrando del cuidado de la cancha: “Está como en sus mejores momentos, es una alegría inmensa saber que está tan bien cuidada la casa de todos los albiazules”, dijo a la pasada. Y se reunió con todo el plantel en el círculo central. Después dispuso de algunos movimientos con pelota, seguido de una rutina de fútbol formal. Al término, un nutrido grupo de periodistas lo esperaba para entrevistarlo: “Tres minutos nomás porque tengo que seguir entrenando”, dijo, en tono imperativo. Lógicamente, los tres minutos se transformaron en más de 20, dejando en claro la necesidad de expresarse del “Sapo”. Y en su discurso, lo más relevante fue que siguió brindando apoyo a la gestión de Carlos Ahumada, y reiteró su anhelo de terminar su carrera en barrio Jardín. “Me gustaría retirarme en Talleres. A mi edad, vine más por una cuestión de gusto y placer que por la plata. Se lo dije a mi familia. Yo acá empecé y me formé como entrenador, viví innumerables experiencias y compartí los mejores momentos, con el mejor equipo de la historia del interior del país. Me gustaría quedarme por varios años”, dijo Saporiti.

- ¿Qué habló con el plantel?
- Lo primero, fue decirles que tienen mi confianza, y que sepan lo que se están jugando. La camiseta de Talleres no es para cualquiera. Les pedí tranquilidad, que controlen la ansiedad, y que los resultados van a aparecer.

- ¿Qué conclusiones sacó de la práctica?
- Es prematuro hacer un análisis, sólo se trató de una observación preliminar, pero de cara al partido ante Chacarita, no va a haber muchos cambios.

- ¿Cómo encontró a Talleres?
- Me duele este presente, pero vamos a trabajar para sacarlo adelante. En lo deportivo, podemos salvarnos del descenso, o el otro escenario, que no lo quiero nombrar. Pero en caso de lo peor, asumiré el compromiso tal cual fue pactado.

- Se lo notó comprometido con la realidad institucional...
- Por supuesto. En el único lugar que imagino a Talleres es en Primera División. Por eso le pido al juez (Carlos) Tale un poco de reflexión. Talleres mueve mucho socialmente. El predio de Casa Azul está bárbaro, comparado con antes, que parecía Kosovo después de la guerra. Era una jungla. Y lo que le esperaba, era el candado en la puerta, y se lo dije al juez la última vez que renuncié. Por eso hay que tener en cuenta el proyecto del gerenciador hasta 2014, es muy ambicioso. Talleres está por encima de todo.

- Hay muchos debates con la oposición...
- Es simple: Hubo dos posibilidades, y apareció primero Carlos Granero, que puso en venta sus acciones y las compró Ahumada. Los que siempre amagan, tuvieron sus chances y no aparecieron. Sé que con esto me voy a ganar enemigos, pero a mi edad, no me importa. No me hace falta sobarle el lomo a Ahumada, pero si no quieren ver lo que hizo por el club, son ciegos. Sino, estaría el candado en la puerta...

Matías Quiroga. “Saporiti fue el técnico que me promovió a Primera y me hizo debutar. Siempre le voy a estar agradecido, aprendí mucho de su mano y espero que nos ayude ahora”.

Cristian Basualdo. “Con Raúl (Peralta) veníamos trabajando bien y nos llamó la atención lo que pasó, igual creo que la experiencia de Saporiti nos va a servir para cumplir nuestro objetivo”.

Cristian Zermatten. “Que venga un hombre como Saporiti es trascendental. Lo conozco hace años. Ojalá que aprendamos su mensaje pronto, y empecemos a ganar para dejar a Talleres en la categoría”.

Martín Cabrera. “Con Saporiti no tengo dudas de que vamos a ser un equipo mucho más respetable. Conoce bien al club, está identificado con los colores, y eso también suma”.