En la fecha previa al clásico, Belgrano y Talleres jugarán ante rivales directos en sus respectivas luchas. ¿Vale más ganarle a Aldosivi o a All Boys que al rival de toda la vida?

Que todos los triunfos suman tres puntos en la tabla, con su correspondencia en las centésimas para el descenso, es una verdad que, desde lo matemático, aparece como incuestionable. Sin embargo, hay victorias que, por la posibilidad de dar un salto posicional o por el impulso anímico que suponen, llevan un valor agregado.

Tanto Belgrano como Talleres se juegan mañana, ante Aldosivi y All Boys, respectivamente, la chance de dar ese salto: si el Pirata vence a los marplatenses, lo superará en las posiciones y, al menos hasta que juegue Atlético Tucumán (el lunes visitará a Independiente Rivadavia), quedará segundo, en ascenso directo; y si la “T” se trae los tres puntos de Floresta superará a su rival en los promedios, quedando fuera del descenso directo. Todo en la antesala del superclásico cordobés, que se jugará el martes 28 en La Boutique de barrio Jardín.

Para los cordobeses, ¿importa más ganar mañana o saborear un triunfo nueve días después, ante el rival de toda la vida? El planteo no es excluyente, ya que, al menos uno de los dos, tendrá la posibilidad de quedarse con los seis puntos en disputa. No obstante, vale la pena preguntarse cuál es el peso de lo numérico y cuál el del “factor anímico” para la consecución de los objetivos dispares que tienen los dos clubes más convocantes de Córdoba, en una carrera a la que le quedan 10 “finales”.

Puestos ante esta suposición, los futbolistas celestes y albiazules tienen reacciones ambivalentes. Frente a los micrófonos, no dudan en afirmar que el partido que viene es el más importante y que en el clásico se pensará una vez superada este instancia. Pero, off the record, admiten que resulta difícil manejar la ansiedad y que, de reojo, ya miran el cruce con los “primos”.

Los dos irán mañana por su tercer triunfo en serie. Talleres intuye que no puede desconcentrarse ante un All Boys que tampoco tiene otra opción más que la victoria, aunque sueña con un definitivo espaldarazo de su gente ganando el clásico en una Boutique colmada. Y Belgrano no puede dejar pasar la chance de superar a Aldosivi y entrar a la recta final del torneo con chapa de candidato, aunque se relame pensando en un festejo silencioso en la cancha del Matador.

Es cierto que ganar el clásico no garantizará ni el ascenso de Belgrano ni la salvación de Talleres, pero el peso anímico de ese resultado –para bien o para mal– puede tener una incidencia directa en las aspiraciones de ambos.