Ese partido se desarrolló en un contexto muy raro, porque Talleres no jugaba por nada e Instituto había perdido la categoría en las fechas anteriores. Igual, se jugó como un clásico normal y por suerte lo ganamos 2-0. Y tuvimos desquite, porque en la primera rueda nos ganaron 4-2 claramente. Me acuerdo bien porque el “Loco” Willington me puso de volante por izquierda, más retrasado, porque quería que sea una fiesta con muchos goles. Conocía la posición, el “Pelado” Viberti me había probado ahí antes. De todos modos, el partido me causó tristeza porque tenía muchos amigos en Instituto, que ya habían perdido la categoría.

Ahora el contexto es otro, muy distinto. Por más que Talleres tenga todo el público a su favor, no significa que tenga ventaja. Le pasó el torneo pasado contra Belgrano. A propósito de eso, creo que Talleres tiene el incentivo de que puede volver a la punta. Con el regreso de Zermatten; Wilchez tiene el socio ideal para la creación, y en una cancha de escasas dimensiones, la alternativa ideal de ataque son los centros a Salmerón, que está muy positivo con la red. Por eso, por las bandas, Quiroga, Esquivel o Buffarini tienen que insistir permanentemente con esa vía, porque el “Pupi” es un arma letal. ¿Instituto? Creo que Morales Neumann no está lesionado, es una treta del rival, pero igual Talleres no debe subestimar a Concistre, Faurlin y Croce, que son muy buenos jugadores. Va a ser un partidazo.

(*) Ex jugador de Talleres, estuvo presente en el último clásico en la Boutique, en 1990.