El idóneo deportivo Mario Sarrá es el “sobreviviente” del antiguo y originario órgano de contralor (considerado de escaso compromiso, según el juez), motivo por el cual quizás es tomado como el más vulnerable. El año pasado ya hubo rumores de su posible alejamiento, pero sin embargo, permanece en su cargo, pero este nuevo capítulo denota una vez más la falta de certezas y el clima hostil que reina en el contexto albiazul.

La gerenciadora fue intimada por algunas deudas y pedidos de juicios, y tiene plazo hasta fin de mes para solucionarlos, o al menos, presentar un acuerdo de la cuestión. La relación entre las partes es álgida, sobre todo después de que el juez le negara la prórroga anticipada a Ahumada, y que el fideicomiso utilizara los dineros de la publicidad para afrontar las inhibiciones, cuando la empresa los tenía destinados al canon semestral.

No obstante, la semana pasada hubo acercamientos, cuando el triunvirato cobró los derechos de televisión (150 mil pesos) y los envió a la gerenciadora, y juntos presentaron el presupuesto de la temporada en AFA. “Esto es como un alquiler de un negocio, si pagás y cumplís, se te renueva, sino, se complica”, explicó una fuente cercana al órgano fiduciario, explicando la situación del gerenciador en Talleres. La novela terminará recién en diciembre.