Gastón Stang se convirtió en el salvador de Talleres el lunes pasado ante Almagro, con sus dos goles. El platinado rescata el sacrificio del grupo y alabó a sus compañeros. “Este equipo contagia algo especial”, subrayó.

«¿Hola?... ¿Hola?... ¿Hola?... No, en este momento no te puedo atender, estoy jugando al golf». Tal es el mensaje del contestador del teléfono celular del defensor de Talleres, Gastón Stang, de 28 años, quien ayer, cansado de todos los llamados por ser el artífice de la victoria albiazul, con sus dos goles, lo apagó para descansar. Todo un personaje.

De intimidante presencia, con su gran envergadura (1,90 metro) y su pelo teñido de platinado, motivo por el cual le dicen «Polaco», sobresale en la cancha por no dar nunca una pelota por perdida. Prevalece también por su fortaleza en el juego aéreo y su sacrificio para defender. Pero fuera de este no da la misma imagen. Siempre se muestra amable con la prensa y se detiene con todo el mundo para firmar autógrafos y charlar con los hinchas.

Los dos goles ante Almagro sirvieron para aumentar su cosecha personal a 11 en toda su carrera. Nació en Deportivo Español, y registra pasos por Ferro, Kedah (Malasia) San Martín de San Juan y Tigre. Llegó a Talleres esta temporada para la batalla de permanencia en la divisional y cavó trinchera en el costado derecho de la defensa.

«Hoy (por ayer) me llamó todo el mundo. Anoche (por el lunes) hasta más de la una de la mañana el teléfono seguía sonando», aseveró el platinado defensor, antes de interrumpir la comunicación para seguir manejando. «Estoy en una avenida que no sé cómo se llama y hay muchísimo tráfico. No escucho nada. Por favor, llamame en 30 minutos que seguimos hablando», pidió. Antes, reflejó las vivencias tras el triunfo por su gol conseguido en el quinto minuto de descuento, para el 3-2.

-¿Cómo es el día después?
-Impresionante. Hacía mucho que no convertía (desde el año 2003, cuando militaba en Deportivo Español). Todavía no caigo.

-¿Te vas amoldando a Talleres y a Córdoba?
-De a poco. El grupo es bárbaro y la ciudad hermosa. Con este equipo se puede jugar bien, se puede jugar mal, pero con la entrega que tenemos en cada partido, es muy difícil que perdamos. Y eso nos allana el camino para ganar.

-Resaltás el sacrificio, entonces...
-Es nuestro fuerte. Nos quedamos con un jugador menos, por la expulsión de Seba (Cobelli), pero este equipo tiene algo, saca fuerzas de algún lado, y en la adversidad salimos adelante. Se contagia algo especial. Tardamos en acomodarnos, pero cuando le echaron uno a Almagro y quedamos en igualdad de condiciones, siempre fue mejor Talleres.

-Además, con los lanzadores que hay en el plantel, el juego aéreo es un importante recurso...
-Por supuesto. Fijate la pelota que pone Lucas (Wilchez), es impresionante. Cristian (Zermatten) también, son unos fenómenos, tienen muchísima calidad. Pero todos los compañeros aportan algo y nos brindamos al cien por ciento por el grupo.

-¿Qué otros atributos tiene Talleres?
-Creo que hay material para jugar bien, con la pelota por el suelo. En cada partido sacamos cosas negativas y positivas, que nos ayudan a crecer. Estamos muy bien.

-No es común que un jugador admita que cometió falta en un gol, como vos lo hiciste luego de anotar el de la victoria...
-Soy sincero en todos lados, pero en el fútbol de hoy, si el árbitro cobrara según el reglamento, habría dos o tres penales porque agarrones en los corners hay siempre.

Los goles dieron pasó a las notas a lo largo de gran parte del día y por fin, el descanso merecido para Stang. Como para «desenchufarse» un rato. Y a lo mejor, en verdad tenía que ir a jugar al golf...