Gastón Stang (5). Cuando la pelota le llegó de arriba, se mostró rápido y expeditivo en la resolución; se le complicó cuando lo atacaron por abajo y por los costados.

Guillermo Báez (3). Su meta era anular a Elvio Martínez, y fracasó. No justificó su presencia en el medio y terminó jugando arriba, buscando capitalizar algún pelotazo.

Cristian Zermattén (6). Su mérito fue pedirla siempre e intentar jugar, aunque no es el jugador que puede cargarse al hombro el equipo. No tuvo demasiada compañía.

Braian Robert (4). Jugó para él. Muchos firuletes, demasiada fricción y una escasa productividad.

Sebastián Cobelli (3). Fue el único punta de la “T”, y nunca lastimó.