Como en cada cita anual, «El día de la paternidad» congregó a una gran cantidad de fieles hinchas de Talleres, para presenciar como el «Lute» Oste anotaba el penal simbólico del ascenso. En primera instancia, en el Arco de Córdoba, hubo unos 700 simpatizantes. La gente se fue sumando en la caravana hacia el centro de la ciudad, y al frente de un local comercial, más de 1.500 «Matadores» presenciaron la repetición del recordatorio de aquella emocionante final de 1998.

Por más que se lleve a cabo todos los años, la efervescencia y la pasión se mantiene intacta. «Esta es la vez que más gente vino. Desde hace siete años que venimos con esta iniciativa y cada vez hay más adherentes. Por suerte, en un año difícil, tenemos al menos un motivo para festejar», expresó Juan Fanner, presidente del movimiento, que se define apolítico e independiente.

El núcleo nació justamente gracias a Oste, ya que el recuerdo de la fecha del ascenso fue la excusa ideal para bautizar a la nueva agrupación. «Después de los festejos por haber ganado la final, decidimos formar el movimiento. Al ‘Lute’ le tiré la idea y le gustó. Y desde entonces, hasta el día que me muera lo voy a seguir organizando», añadió un Fanner eufórico.

La jornada terminó con una cena en el club Las Flores. Estuvieron presentes la mayoría de los integrantes del plantel del ’98 (entre ellos Diego Garay, José Alfredo Zelaya, David Díaz, Andrés Cabrera, Horacio Humoller, Daniel Albornós y Ramón Galarza) y además, fueron homenajeados los campeones del mundo en el ’78 Héctor Baley, Miguel Oviedo y Daniel Valencia.

Hubo animación, grupos de baile y canciones.