Con un penal de Maidana, Talleres le ganó a Tiro Federal y zafó del descenso directo, pero no de la reválida. El partido, estresante de principio a fin, siempre perteneció al elenco de Comizzo. La gente se fue tranquila con la entrega del equipo.

En medio de un nerviosismo extremo que lo obligó a tener el corazón en la cancha y los oídos en Rafaela y José Ingenieros, Talleres afrontó el último compromiso del campeonato con una entereza anímica, física y futbolística fenomenal. Había que poner y lo hizo. Había que jugar y lo intentó. Había que ganar y a pesar de que le costó horrores por su llamativa sequía ofensiva, también lo hizo después de siete partidos. En definitiva, había que poner huevos y tampoco le esquivó el bulto a esa tremenda responsabilidad.

Por eso la victoria final por 1 a 0 sobre un muy tibio Tiro Federal no admite ninguna discusión y por eso la gente se fue tranquila, con una fuerte dosis de alivio por el esfuerzo que hizo Talleres para esquivar el descenso directo en el epílogo de un torneo que vio al elenco de Comizzo con un arranque prometedor y sin embargo, por propia defección, terminó colgado de la percha de la categoría en la parte final.

En realidad, la gente no tenía demasiado para festejar porque hace cuatro meses imaginó una situación distinta, con un Talleres animador y candidato. Ilusión que el mismo elenco de barrio Jardín se encargó de diluir con el correr de los juegos y con el ingreso a un tobogán que casi lo deposita en el Argentino A por su propia ineficacia, su falta de jerarquía y su incapacidad para sumar de a tres, especialmente en los últimos partidos en barrio Jardín.

Por eso el festejo tras la victoria consumada se remitió a una explosión de alivio, a un aplauso contenido y a una ovación para Maidana, «colgado» inexplicablemente por el técnico, en el peor momento de Talleres en el campeonato. No había demasiado para festejar, pero haber zafado del oprobio del descenso directo y quedar en la obligación de la reválida resultó, casi casi, como un premio consuelo.

El partido en sí fue un monólogo albiazul sobre el arco de Cárdenas, a lo largo de prácticamente toda su extensión. Con algunos condimentos que bien valen la pena puntualizar en virtud de la completa evaluación de lo sucedido en 90 minutos terribles. A saber: Talleres ganó bien porque de los dos fue el único que pugnó por la victoria con tres delanteros y una actitud muy generosa de búsqueda permanente del arco rosarino generando no menos de siete u ocho situaciones plenas de gol.

Además, lo de Tiro fue pobrísimo, parándose con un solo punta y lejos de Brasca, tratando de utilizar la contra, cosa que nunca logró porque jamás pudo tener el control de la pelota.

Y también, el árbitro Faraoni jugó un partido bastante flojo con algunas secuencias que terminaron con cierta incidencia en el desarrollo del juego aunque las mismas no alcanzan para desmerecer la inobjetable victoria del conjunto albiazul. Las más concretas: Maidana debió haber salido y no ejecutar el penal porque al quedar sentido y forzar el ingreso del médico para que lo atienda, el reglamento marca que tenía que completar su recuperación afuera. Ante esto, el penal debió haberlo ejecutado otro.Y otro yerro arbitral: a cinco minutos del final Galíndez lo agarró a Carnero dentro del área en una clara falta penal que el juez ignoró por completo.

En los dos tiempos Talleres fue más. Se hizo cargo de su tremenda necesidad y su absoluta desesperación para afrontar el partido como una final ante un buen equipo que también se jugaba la chance de una promoción. Sólo que no lo supo demostrar. No puso ni las manos el equipo del «Chaucha» Bianco para defender sus posibilidades.

La tarde tuvo un solo actor. Fue Talleres, con errores y todo, el que incansablemente se avalanzó sobre el arco de Cárdenas, con el empuje de Maidana, la categoría y la valentía de Rimoldi, las ganas de Buffarini y la generosidad de Cuevas para aguantar arriba, aunque esa entrega difiere totalmente con su nula eficiencia para aprovechar las chances para marcar.

Si Talleres no ganó con más comodidad fue precisamente por todo lo que desperdiciaron Cuevas y Borghello a la hora de definir. Pero ganó. Apretado pero ganó. Sacó la cabeza del agua y ahora deberá refrendar que merece la categoría en los dos juegos de la reválida.

TALLERES 1 / 0 TIRO FEDERAL

Gol: ST 36m. Maidana, de penal (T).
Cambios: ST 23m. Moreira por Borghello (T); 37m. Carnero por Chavez (TF) y 46m. Algecira por Rosales (T).
Amonestados: En Talleres: Quiroga. En Tiro Federal: Becerra, Menicocci y Cárdenas.
Cancha: Talleres.
Arbitro: Cristian Faraoni.