Carlos Ahumada sigue envuelto en la polémica. Su permanencia en Talleres es cada vez más difícil, ya que el inminente pedido de extradición sería motivo para dar un paso al costado. El grupo Pachuca esperaría su chance.

Todos los días se agregan capítulos a la novela que escribe Carlos Ahumada. No sólo en su libro autobiográfico, sino por todo lo que se generó tras su arribo como gerenciador de Talleres, cada día con más obstáculos en el camino.

De tal modo, toma forma la versión de que abandone la conducción del club de barrio Jardín, si se confirma y prospera el pedido de extradición de la Justicia de México, para ser citado a declarar sobre un presunto fraude con la compra-venta del club León.

Ayer, en la cancha de Ferro, el gerenciador no habló en público (lleva 10 días en silencio). Pasó por la zona de vestuarios con notorios signos de fastidio, junto al presidente Martín Vilallonga, y esquivó todo tipo de contacto con la prensa, excusándose de dar declaraciones.

Si es extraditado, ¿Ahumada seguirá en Talleres? El grupo Pegaso, que maneja ahora al León (en litigio con Ahumada), anunció que seguirá al frente de la institución y no venderá su paquete accionario. Según la Justicia, el gerenciador de Talleres le debe un millón de dólares a Roberto Zermeño Vargas, antecesor suyo en el club mexicano y cerca de dos millones a Pegaso, proceso por el cual también se dio la primera aprehensión Ahumada.

¿Y Pachuca? Surgió el rumor de que el grupo de Andrés Fassi ve como creciente la posibilidad de desembarcar en Talleres, «incluso si desciende al Argentino A», comentó una fuente cercana. Vale aclarar que en el despacho del juez Carlos Tale ya hay una carta de intención de gerenciamiento por parte de ese núcleo, en caso de que Ahumada dé un paso al costado.

Pedido de aprehensión. La novedad es la negación del Décimo Tribunal Colegiado en Materia Penal sobre el amparo presentado por Ahumada, contra la sentencia condenatoria de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del DF, por fraude genérico en agravio de dos delegaciones, según el diario «Crónica» de México.

Como el fallo es irrevocable, el empresario deberá cumplir una pena de cinco años de prisión o en su defecto, abonar 21 millones de pesos mexicanos (equivalentes a 5 millones y medio de pesos argentinos). Por tal motivo, en los próximos días se reactivará una orden de aprehensión, mientras sigue en curso el pedido de extradición.